La vida es muy corta para estar viviendo el sueño de otro”. Con una cita de Hugh Hefner publicada en su cuenta de Twitter, Playboy anunció el deceso de su fundador. El hombre que ayudó a que el desnudo fuera parte del imaginario colectivo de EE. UU. y jugó un importante rol en el cambio de actitud hacia la sexualidad en el siglo XX falleció el miércoles a los 91 años.
La imagen de un imperio
Hugh Hefner murió de causas naturales en su hogar de Beverly Hills, la famosa Mansión Playboy en la que celebró legendarias fiestas. Maestro del márquetin, su habilidad para la autopromoción hizo imposible desentrañar su imagen de la de su imperio. “Mi padre vivió una vida excepcional e impactante como pionero mediático y cultural. Fue una voz destacada de algunos de los movimientos sociales y culturales más importantes de nuestro tiempo en defensa de la libertad de expresión, los derechos civiles y la sexualidad”, declaró su hijo Cooper Hefner, jefe creativo de Playboy Enterprises, en un comunicado.
El corazón de una marca
Cooper Hefner afirmó que su padre definió un estilo de vida y un ethos que yace en el corazón de la marca, una de las más reconocibles y perdurables de la historia. Bien pasado de la edad de jubilación, Hugh conservó un papel activo en la parte editorial de su revista, tanto en la elección de portadas como en la de la “conejita” del mes. En su última etapa también frecuentó clubes nocturnos, mantuvo un grupo de novias jóvenes y un estilo que, confesó, lo mantenía joven dentro y fuera del dormitorio.
Ícono
En una entrevista concedida a AFP en 2003, Hefner indicó que le gustaría ser recordado como alguien que tuvo un impacto positivo en los cambios de los valores sexuales sociales de su época: “Y creo que esa posición está bastante bien asegurada”, expresó.
Los cambios
Playboy anunció en octubre de 2015 que dejaría de publicar fotografías de mujeres completamente desnudas, pues este tipo de imágenes ya no tenían razón de ser en la era de Internet.
Un hogar de leyenda
A mediados de 2016, la mansión, escenario de épicas fiestas, fue vendida a un hombre de negocios estadounidense. Según los términos del acuerdo, Hefner podría habitar la residencia gótica hasta el final de sus días. Construida en 1927 y comprada por Hugh en 1971, la propiedad con piscina, cavernas y cascadas simboliza los excesos de Hollywood. Durante sus celebraciones, invitados como Elvis Presley o John Lennon se mezclaban con las célebres conejitas.