La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés) mantuvo ayer sus tasas de interés y anunció el fin de la era de estímulos económicos iniciada tras la crisis de 2008.
Desde octubre, la banca central de EE. UU. reducirá sus inversiones en bonos del Tesoro y títulos hipotecarios, anunció en una conferencia de prensa Janet Yellen, titular de la Fed, entidad que tomó la decisión tras dos días de
deliberaciones.
Medidas monetarias excepcionales, como la compra de activos, conocidas como QE (relajamiento cuantitativo), fueron adoptadas para darle oxígeno a la mayor economía del mundo luego de la crisis de 2008.
La entidad, además, no cambió sus tasas de interés y las mantuvo entre 1 y 1.25 por ciento, dice el comunicado emitido por el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Fed.
Esa institución comenzará a reducir su hoja de balance que ha llegado a un récord histórico de US $4.5 billones (Q32.8 billones) en activos como bonos del Tesoro y títulos apoyados en créditos hipotecarios. Esa decisión implica que, de momento, dejará reinvertir en nuevos activos lo que gana con esos valores.
El ritmo de desinversión será de US $10 mil millones (72.9 mil millones) mensuales durante 3 meses y luego será de ese mismo monto cada tres meses. Esas reducciones operan en los hechos como un leve endurecimiento de la política monetaria.
La Fed quiere que el proceso sea gradual y previsible para así evitar eventuales sacudidas a los mercados, como ocurrió en 2013 cuando anunció una reducción de sus compras de activos.