Se centra en la necesidad de reforzar las instituciones democráticas para promover la paz.
El nexo entre democracia y derechos humanos figura en el artículo 21 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El 15 de septiembre se celebra en Guatemala el Día de la Independencia, por lo cual el Sistema de las Naciones Unidas saluda a Guatemala por su aniversario. Este día coincide con el Día Internacional de la Democracia, el cual proporciona una oportunidad de examinar el estado de la democracia en el mundo.
La democracia es tanto un proceso como una meta, y solo con la plena participación y el apoyo de la comunidad internacional, los órganos nacionales de Gobierno, la sociedad civil y los individuos puede el ideal de democracia tornarse en realidad para ser disfrutado por todos, en todos lados.
Los valores de libertad y respeto por los derechos humanos y el principio de celebrar elecciones periódicas y genuinas, mediante el sufragio universal, son elementos esenciales de la democracia. A su vez, la democracia proporciona el medio natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos.
Esos valores se han incorporado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, han sido elaborados aún más, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que consagra una multitud de derechos políticos y libertades civiles en que se basan las democracias significativas.
El tema de este año escogido para el Día es: “Democracia y prevención de conflictos”, que se centra en la necesidad de reforzar las instituciones democráticas para promover la paz y la estabilidad. La creación de sociedades resilientes exige que se respeten los derechos humanos y el imperio de la ley.
Las sociedades resilientes son capaces de dirimir sus disputas a través de la mediación, el diálogo y un grado razonable de legitimidad de sus instituciones.
Desarrollar infraestructuras y mecanismos para la prevención de conflictos provee el fundamento para resolver las injusticias y mantener la paz.
Procesos tales como los acuerdos de paz, las elecciones y las reformas constitucionales, pueden ayudar a mantener un equilibrio entre intereses contrapuestos, así como reducir la fragilidad y la violencia.
Un liderazgo fuerte que apoye la democracia, mejore la sociedad, empodere a las mujeres y mantenga el Estado de derecho, son condiciones que preservan la estabilidad y la paz.
Reconociendo los lazos indivisibles entre las sociedades pacíficas y las instituciones eficaces, responsables e inclusivas, la Agenda 2030 para el Desarrollo incluye la democracia en su objetivo número 16.