Como un atleta en el partidor, las obras para los Juegos Panamericanos Lima 2019 levantan la mano, saludan al público y se aprestan a correr. Suena el disparo. Y arranca, despacito. Faltan menos de 2 años. ¿Llegarán a tiempo?
“Estamos bien con el tiempo”, dijo hace unos días el presidente del Comité Organizador, Carlos Neuhaus. ¿Será como en el cuento de la tortuga y la liebre, en el que no importa la velocidad, sino la astucia para llegar a la meta?
De las 6 villas deportivas que están pendientes de construir o remodelar, solo 1 ha recibido la aprobación. De estas, 3 están en proceso de licitación y otras 2 están pendientes de ser convocadas. Van “despacito”, como la canción de Luis Fonsi.
Además de las villas, hay una quincena de obras paralelas en agenda para mejorar la conectividad vial, en una ciudad donde el tránsito en hora pico es insoportable y caótico. Bien lo sabe el propio presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, de visita en Lima.