El británico Chris Froome amplió su ventaja al frente de la clasificación general de la Vuelta a España, a 3 días para el final, luego de ampliar ayer en 21 segundos su margen sobre el italiano Vincenzo Nibali, en la etapa 18 con final en Santo Toribio de Liébana y donde ganó el belga Sander Armée.
El corredor flamenco cubrió los 169 kilómetros de recorrido en 4 horas, 9 minutos y 39 segundos, y superó en 31 segundos a su perseguidor, el kazajo Alexei Lutsenko, y en 46 al tercero, el italiano Giovanni Visconti, en una jornada de montaña.
Fugado
“Hoy (ayer) en la escapada con 20 hombres sabía que podía ganar la etapa. Conseguí la victoria porque hice los 15 kilómetros finales realmente buenos, ahí estuve muy fuerte”, analizó Armée al final de la prueba.
Froome, quien entró en el grupo de favoritos, resistió bien los ataques de sus competidores, ayudado en todo momento por sus compañeros del Sky. En los últimos 600 metros, el británico aceleró y dejó atrás a Nibali, quien quedó a 1 minuto y 37 segundos del líder.
“En cuanto aceleré en la última escalada, en la radio decían que Nibali se quedaba y creo que eso es exactamente lo que estábamos buscando hoy”, celebró Froome.
Después de ganar la contrarreloj de Logroño el martes, Froome tuvo el miércoles un día más difícil, perdiendo tiempo en la llegada al Alto de los Machucos.
Allí perdió 42 segundos con respecto al Tiburón, pero pudo desquitarse en esta ocasión.
El respaldo
El ganador 4 veces del Tour de Francia, incluido el de este año, está muy cerca de conseguir la primera victoria final de su carrera en la Vuelta a España, donde fue segundo en 3 ediciones (2011, 2014, 2016).
Quedan dos días de batalla competitiva en la Vuelta, hoy y mañana, antes de la disputa el domingo de la última etapa, considerada un paseo triunfal para el vencedor, camino de la meta definitiva de Madrid.