Somos una comunidad de derecho, respetuosos de las leyes y convencidos del bien común.
Agradezco al Diario por albergarme nuevamente, ahora en mi tercera etapa, después de 12 semanas de ausencia, que por razones personales decidí suspender mis entregas semanales.
Precisamente inicié el martes de la semana pasada con la opinión que se había quedado pendiente, con un contenido que no pierde actualidad y que para mí merecía ser divulgado para apoyar en la toma de decisiones personales a la hora de la muerte, en el tema de donar órganos y cremar el cuerpo. Llevo 5 años de escribir aquí y espero continuar hasta nueva orden.
Entrando en materia. Algunas apreciaciones de científicos pensadores sobre el Estado. Para Cicerón es una multitud de hombres ligados por la comunidad del derecho, que trabajan para un bien común. San Agustín, en la misma línea, le agrega la razón, mientras que para Hegel es la conciencia de un pueblo y les contradice Marx porque para él no es el reino de la razón, sino de la fuerza y no es el bien común, sino el interés parcial.
Al final, el Estado somos todos, ya sea utilizando normas jurídicas, mediante la razón, intereses parciales, pero que buscan beneficios similares y vivir en paz, para obtener progresos individuales y desarrollo colectivo.
Retomando palabras importantes de nuestros grandes pensadores. Somos una comunidad de derecho, respetuosos de las leyes y convencidos del bien común, pero cumplirlo, y para eso debemos hacer uso de la razón, actuar con inteligencia, no con el corazón, ni con la bilis, es el pensamiento, la mente, que nos debe guiar para ser justos, principiando con uno mismo y luego con los demás.
Por supuesto, que debemos pensar en el interés parcial para guiar el impulso hacia el interés colectivo.
El Estado no son solo los tres Organismos, las autoridades, también somos los ciudadanos, las organizaciones sociales, todos aquellos que vivimos en el mismo territorio. No es papá Gobierno y mamá Policía la que debe ver por
nosotros. El compromiso es individual, el aporte es personal, la responsabilidad y el cumplimiento de deberes nacen con uno y se comparten con los demás, se utiliza lo positivo y se desecha lo negativo.
El apoyo es mutuo para salir adelante. El odio, la envidia, la destrucción debe desecharse para no estropear el camino hacia el progreso.
El problema es cuando no permitimos el desarrollo de los demás porque afecta nuestro interés o de manera egoísta no dejamos espacios, cerramos toda oportunidad de ingreso y progreso.
En la lucha de poderes solo unos cuantos quieren ganar. En el Estado jurídico todos tenemos iguales derechos y responsabilidades. Lo que nos cuesta es convivir y allí es donde debemos fortalecer los principios de solidaridad, hermandad, unidad, apoyo mutuo, trabajo en equipo, no importa la línea de pensamiento, si todo es por la República debemos tomarnos de la mano para que juntos, como verdaderos guatemaltecos, impulsemos la paz.