Tipsy despliega con lentitud su brazo para buscar un vaso, luego lo repliega para tomar unos trozos de hielo con sus pinzas y dirigirse de forma mecánica hacia las botellas para seleccionar una. Este barman agita una mezcladora y vuelca el contenido de su brebaje en un vaso de plástico, sin derramar ni una gota.
Se trata de un robot mixólogo que concita la atención de los visitantes de un centro comercial de Las Vegas, en el que se puede pedir un dirty martini, ya sea sacudido o mezclado, por medio de una computadora.
Monsieur y Tended Bar son aparatos de distribución de bebidas a la manera de una máquina de café: uno puede seleccionar su caipiriña o su bloody mary en un menú digital.
En Long Island, este de Estados Unidos, se ha creado una cervecería, L. I. Pour House Bar and Grill, en la que los clientes se sirven y pagan por medio de una terminal
informática.
Su propietario, Anthony Pallino, destaca la necesidad para su empresa de ahorrar dinero en momentos en que el salario mínimo aumentará a US $15 (Q120) la hora en su región, y dijo: “Allí donde eran necesarios cinco o seis camareros, ahora necesitamos solo cuatro”.
El italiano Rino Armeni, presidente de la empresa Robotic Innovations y propietario del bar en que Tipsy “trabaja”, reconoce que su autómata es antes que “una atracción”.
Además, el dueño admitió: “La primera cosa que les dije a mis empleados cuando abrimos fue: estos robots están para distraer, pero la gente volverá solo por ustedes. No quiero perder el lado humano”.