El presidente Jimmy Morales ha privilegiado la educación como una de las piezas fundamentales del desarrollo del país. Por ello, ha insistido en que se debe dar prioridad a la enseñanza de la niñez y juventud,
especialmente la del área rural.
Desafortunadamente, la realidad socioeconómica de las comunidades hace que haya deserción, pues, a la falta de oportunidades, los niños deben abandonar las aulas y dedicarse a un oficio o actividad que les dé una remuneración, y contribuir con la familia.
Ante esa situación, las autoridades del Ministerio de Educación han implementado planes para hacer que la niñez y adolescencia continúen su formación. Esto ha sido posible identificando y ubicando a los menores y adolescentes en las comunidades, mediante un censo en el que participan las autoridades locales y los maestros.
De acuerdo con datos del Mineduc, un estimado de 1.6 millones de menores están fuera del sistema escolar, por diversas razones, como la migración o falta de capacidad de la familia por mantenerlos en los centros educativos.
Ante esta situación, el Mineduc hace un barrido de casa en casa, para identificar a la niñez y juventud que por alguna razón se ha ausentado de la escuela o instituto, y dotarlos de los insumos básicos para que continúen su educación.
En este sentido, desde el año pasado la cartera en mención comenzó la recaptura de la niñez y adolescencia que habían dejado la escuela, y así asegurar su permanencia en el aula.
La idea es lograr que gran parte de la infancia y juventud que han dejado de estudiar, se reinserte en el sistema de enseñanza y sean partícipes de un mejor futuro.
Es una tarea difícil, pero el Gobierno está dispuesto a erradicar ese mal que tanto ha contribuido al analfabetismo.
Reiteramos que de una niñez y adolescencia educada depende un país próspero, ya que tiene la oportunidad de ser partícipe de las acciones que necesita nuestra nación para salir de tanto escollo en el que está sumergida.
No cabe duda que la enseñanza es vital, y, en esa línea, el Gobierno hace todos los esfuerzos para que la niñez y juventud se forjen un buen futuro. Se valora el compromiso demostrado por los maestros y padres de familia que han incursionado en esta tarea en sus comunidades, con miras a un mejor país.