La actriz Mireille Darc, representante del cine francés de las décadas de 1960 y 1970, falleció hoy, en la madrugada, en París a los 79 años, acompañada por su expareja y leyenda de la gran pantalla Alain Delon.
“Mireille Darc falleció en su casa de París. Estuvo rodeada hasta el final de sus allegados, entre ellos su esposo, el arquitecto Pascal Desprez, y también Alain Delon”, indicó su agente.
Darc, apodada La grande sauterelle (El gran saltamontes), nombre que le vino del título de una película que protagonizó en 1966, rodó medio centenar de largometrajes, de los cuales unos 15 fueron con el cineasta Georges Lautner, quien la catapultó a la fama. Con su silueta esbelta y melena rubio platino tipo bob, la actriz encandiló al público en los 60 con sus aires de seductora estilo garçonne.
Nacida el 15 de mayo de 1938, Mireille Aigroz, quien eligió su pseudónimo en referencia a Juana de Arco (Jeanne d’Arc), desembarcó en 1959 en París procedente de su ciudad natal, Toulon (sureste), con una gran ambición, por lo que aceptó todas las propuestas de teatro y televisión, mientras que se ganaba la vida como niñera y modelo. Había ya rodado una decena de películas cuando trabajó por primera vez en las comedias de Lautner en 1963. Juntos rodaron Des pissenlits par la racine (1964) y Los barbudos (1964).
En 1972, la comedia El gran rubio con un zapato negro, de Yves Robert, la inmortalizó con un seductor vestido negro abierto por la espalda, que consagró su imagen de sex-symbol. Fue comparada entonces con Brigitte Bardot y hasta con Marilyn Monroe.
Libertad y chic francés
Poco después cambió de registro, con los thrillers Los senos de hielo (1974) y Muerte de un corrupto (1977), de Lautner; y el drama L’homme pressé (1977), de Edouard Molinaro; películas todas ellas rodadas junto a Delon. Su mediático idilio duró hasta principios de los años 1980, período en el que la actriz sufrió grandes problemas de salud, debido a un soplo en el corazón que la alejaron de la gran pantalla.
Darc no volvió a trabajar en películas, pero sí participó en los 90 en populares series de televisión, desempeñando papeles de mujer decidida e independiente y volviendo a hacerse un lugar entre el público. También dirigió varios documentales sobre temas sociales, como el trasplante de órganos, el cáncer, la prostitución y las mujeres sintecho.
Las reacciones afluyeron tras el anuncio de su muerte. “Lloro por la muerte de Mireille, Mimi, mi hermana pequeña del cine que conservó su alma de niña, jugando a ser una señora, escondiendo su fragilidad y su pudor”, dijo Brigitte Bardot en un texto. “Alta/Delgada/Bonita/ConFlequillo rubio/La mirada risueña, encarnó la libertad de la mujer en todo su esplendor. El chic francés”, escribió Gilles Jacob, expresidente del Festival de Cannes.
*AFP.