Del Toro es ese rostro que no se te olvida por su mirada agria, por áspero. No importa el género, Benicio sabe sacarle provecho a esas condiciones. Para mí, el top cinco de sus películas incluye Snatch, The Usual Suspects, Fear and Loathing in Las Vegas, Sin City y Sicario.
En esta película, Benicio es Alejandro. Un verdadero mercenario maldito, producto del sistema. Pero hay una circunstancia extra: es un lobo rabioso en calma, uno que no se detendrá hasta cumplir su objetivo. Es un lobo silente.
Pocas veces una película de acción logra un guión tremebundo (firmado por el debutante Taylor Sheridan), la dirección calmada y a veces sorpresiva de Denis Villeneuve (sí, el que hizo The Arrival y quien promete con Blade Runner 2049) más el trabajo de Jóhann Jóhannsson (el casi músico de cabecera de Villeneuve).
“Deberías mudarte a una pequeña ciudad, en alguna parte en la que el imperio de la ley todavía existe. No sobrevivirás aquí. No sos un lobo, y ahora esta es una tierra de lobos”, Alejandro (Benicio del Toro).
Emily Blunt es la agente Kate Macer, quien por hacer un trabajo efectivo termina anegada en una brea gigantesca y gris llamada lucha contra el narcotráfico. El problema es que es una agente idealista, pues busca obedecer los procesos en un mundo en el que no se respeta nada. Ahora bien, si Del Toro es el lobo rabioso silente, Josh Brolin y su personaje Matt Graver son el lobo rabioso que debe estar en calma pues debe lidiar con la burocracia.
Entonces, Macer es un cordero con piel de lobo en una tierra en la que la justicia es inhóspita. El argumento nos presenta una justicia escrita en la caligrafía del diablo, clara, pero engañosa. En cambio, Macer representa el mundo en el que hay un acusado, un proceso y si resulta culpable, una condena. Es decir, el mundo de Macer no es real en la tierra de la droga. Si estás ante un narcotraficante que ordena la muerte de decenas, quizá cientos, ha de ser muy difícil no apretar el gatillo si tenés un arma en la mano.
Sicario transcurre entre el drama, el suspenso y la acción; sucede en la frontera entre México y Estados Unidos. Sin embargo, creo que la historia realmente ocurre inspirada en la frontera de la ficción y los hechos reales que conocemos, esa nación en la que hay descuartizamientos, ejecuciones extraoficiales, familias enteras asesinadas, trampas ilegales del gobierno, secuestro de migrantes y túneles del narco al final. ¿Qué tan irreal se lee eso?
Decepción fílmica. Pixels es una verdadera pérdida de tiempo. Si te gustan los videojuegos, no te le acerqués. Es un insulto al gamer. He llegado a pensar que a Adam Sandler solo le queda destruir ideas.