Por: Óscar Rodas
Podrán conocer a tiempo las áreas agrícolas con sequía.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha desarrollado uno de los sistemas de monitoreo satelital de la sequía agrícola más avanzados, el cual se implementará en Centroamérica
En los últimos 40 años la sequía ha afectado a más personas en el mundo que cualquier otro desastre natural. Su impacto alcanza a gran parte de la población, degrada los recursos naturales, deteriora la vida de pobladores rurales, y más. Aumentarán en frecuencia e intensidad en un futuro cercano, lo que podría afectar al sector agrícola.
Desde su creación en 1945, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha acompañado a diversos países para afrontar los desafíos de las sequías. Desde entonces, la FAO ha generado conocimiento, planes de acción y metodologías para evaluar los impactos de la sequía, estimar las necesidades en alimentos, rehabilitar la base de la producción y ayudar a las poblaciones rurales a recobrar su capacidad de producción. Basándose en ese conocimiento y experiencia, ha desarrollado uno de los sistemas de monitoreo satelital de la sequía agrícola más avanzados, el cual se implementará en Centroamérica (CA). El Sistema del Índice de Estrés Agrícola (ASIS, por sus siglas en inglés) es una herramienta que permite la detección a nivel global de las áreas agrícolas que tienen alta probabilidad de ser afectadas por la sequía. Con esta herramienta, la FAO ha desarrollado el Sistema de Vigilancia de la Sequía Agrícola para Centroamérica en coordinación con el Comité Regional de Recursos Hidráulicos del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y los servicios nacionales de meteorología, con apoyo del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC).
El sistema es calibrado por instituciones nacionales con información de terreno (mapas de uso actual del suelo y duración del ciclo de cultivo, etcétera); y se alimenta cada 10 días con imágenes de los cultivos. A través de esta herramienta, las instituciones nacionales podrán conocer a tiempo las áreas agrícolas con sequía e implementar medidas de mitigación adecuadas.
La información agroclimática oportuna se suma a otros esfuerzos que la FAO, organismos regionales y países centroamericanos han puesto en marcha para aumentar la resiliencia de las comunidades del Corredor seco centroamericano. Una región donde habitan más de 10.5 millones de personas y cuyos medios de vida se ven continuamente amenazados.