Cerrar filas y buscar soluciones a los diferentes problemas del país debe ser el punto donde coincidan todos los sectores, en aras de sacar a la nación a buen camino que lleve al desarrollo.
Los fuertes señalamientos contra el Estado, por parte de organismos internacionales que trabajan en favor de las garantías fundamentales de las personas, tienen orígenes en hechos acontecidos en el pasado, y las enfermedades se agravan si no son tratadas a tiempo.
Hace dos semanas, una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos verificó en Guatemala las condiciones de los privados de libertad y de los servicios sociales, y constató una serie de necesidades que no habían sido atendidas como corresponde.
Si todas las instancias gubernamentales y sociales interesadas en una mejor patria se unieran y miraran hacia un mismo horizonte para construir el bienestar de los guatemaltecos, las cosas irían cambiando. Es evidente que existen esfuerzos, pero hace falta más compromiso de otros grupos.
Por ello, es alentador conocer que el procurador de los derechos humanos Jordán Rodas, quien tomó posesión el domingo, reconozca las acciones que se impulsan desde el Gobierno para salvar al país de problemas como la criminalidad.
Ayer, el magistrado de conciencia le manifestó al presidente Jimmy Morales estar sabido de los múltiples problemas de la nación, y aseguró que “puede jugar un papel importante” para solucionarlos.
En este primer acercamiento, el mandatario y Rodas ofrecieron trabajar unidos en temas de derechos humanos. “Yo quisiera ser esa pieza, el engranaje que coadyuve a que cada una de las entidades estatales cumpla su función”, resaltó el procurador.
El acercamiento del ombudsman con el Ejecutivo es una luz esperanzadora, pues trabajar de forma coordinada, evaluar qué se está haciendo mal y sugerir para mejorar los planes, al final redundará en el bienestar de los ciudadanos.