La misma familia les niega a sus ancianos ese derecho a la vida.
El domingo 20 de agosto, hojeando un medio escrito nacional me encuentro con una nota que llamó mi atención: “Sancionan a chofer abusivo”, la leo y analizo con atención, y no me queda más que aplaudir y felicitar a la Dirección General de Transportes. ¿Por qué la felicitación?, es muy simple: constantemente vemos, oímos y leemos de lo muy variado, grave y constante de los accidentes de tránsito a lo largo y ancho de todo el país. Lo que logró resaltar de la nota, es que la sanción se impone a un conductor de un bus extraurbano por insultar a un pasajero de la tercera edad.
Y usted mi estimado lector, posiblemente se preguntará o se dirá a sí mismo: “Esto ocurre a diario, los insultos e irrespeto de los choferes no es solo contra los adultos, sino también contra las mujeres y niños” y tiene la razón, pero por algo hay que empezar. Desde el Comité Nacional para la Protección de la Vejez (Conaprov), estamos creando, planificando y coordinando todas las acciones que se tengan que dar para proteger a las personas adultas mayores. Cuando digo proteger, me refiero al derecho fundamental a la vida, que debe de incluir: un hogar, una familia, alimentación, vivienda, vestuario, atención médica, medicinas y hasta el último y fundamental derecho de morir y descansar en paz. Pero, ¿qué ocurre en este momento?
La misma familia les niega a sus ancianos ese derecho a la vida, no les brinda lo necesario y se les abandona, entonces ¿cómo no va a hacer lo mismo otra persona? Algunas veces despreciamos la edad de los mayores, nos olvidamos que nuestro padre y madre también son viejos (si aún viven), o que nosotros también llegaremos a serlo algún día, si no es que ya somos. A mi parecer, la sanción de tres meses de suspensión y multa de cinco mil quetzales se quedó corta, mínimo merecía un año de suspensión y una multa mayor. Reitero mi felicitación a la Dirección General de Transportes, pero a la vez, la insto a que estas acciones las continúe realizando, pero con mayor severidad y bajo la vigilancia de que se cumplan.