Más de medio millón de nostálgicos han visitado la tumba de Elvis Presley.
Hace 40 años encontraron inconsciente a Elvis Presley. Lo trasladaron al hospital, donde certificaron que falleció de un infarto cardíaco. La revista Forbes prevé que el impulso del 40 aniversario, con la reedición de su triple álbum The 50 Greatest Hits, lo coloque en el número uno de la lista Forbes de Celebridades Muertas con Mayores Ganancias, superando los 27 millones de dólares de beneficios que produjo su legado musical en 2016.
Elvis Aron Presley nació el 8 de enero de 1935 en Tupelo, Mississippi, una localidad cercana a Memphis. En 1953, Elvis leyó el anuncio de un estudio de grabación: “Grabe su propio disco. Cuatro canciones por dos dólares”. Decidió entrar a Sun Studios para hacerle un regalo a su mamá.
Apenas tres años después, uno de sus sencillos estaba al tope de las ventas y miles de jovencitas gritaban a su alrededor, varias de ellas pagadas por su “manager”, un inmigrante ilegal y visionario inescrupuloso, el “coronel” Tom Parker.
El fenómeno superó al cantante. La pelvis tapó la laringe, el mito al artista. Todo en el caso Elvis ronda lo inverosímil. Vendió más de 300 millones de discos, lanzó 106 hits y filmó 33 películas.
Después de gozar de una vida de fama, éxito y glamour, el 16 de agosto de 1977, murió en su casa después de ingerir 14 estupefacientes distintos. El cantante tenía sobrepeso, padecía problemas respiratorios y estaba cerca de la demencia.
Al día siguiente de su deceso comenzó la leyenda. Algunos lo han visto comiendo una hamburguesa en Kalamazoo, Michigan; otros reportaron que estaba en una casa rodante en Louisiana; en Osaka, Japón, tomaba cursos de danza del vientre; en la República Checa conducía un tranvía.
En Gran Bretaña aseguran que compraba zapatos de gamuza azul. No hay pruebas ciertas, a pesar de la recompensa de 3 millones de dólares para quien aporte elementos
concretos de que el rey aún vive.
Mi hermano Jorge, en la Navidad de 1970 se regaló a sí mismo un disquito de 45 rpm del rey. Una y otra vez, escuchábamos su imponente voz. En homenaje a ambos, vuelvo a oír Suspicious Mind: “So, if an old friend I know / Drops by to say hello / Would I still see suspicion in your eyes? // Here we go again / Askin’ where I’ve been / You can’t see these tears are real / I’m cryin’ (Yes, I’m cryin’)”.
Sí, es cierto: el nombre de Elvis es el anagrama de “Lives”: él vive.