Luego de dos años de retiro, Floyd Mayweather Jr. regresa al cuadrilátero para un particular combate de boxeo frente a la estrella irlandesa de las artes marciales mixtas, Conor McGregor, en la que será la última multimillonaria pelea de su exitosa carrera.
El autodenominado The Best Ever cree que su cita con el peleador de moda de la Ultimate Fighting Championship le servirá para llegar a la tan ansiada marca de 50-0, que lo pondría por encima del mito del boxeo estadounidense Rocky Marciano, fallecido en 1955 con récord de 49-0.
Despedida
“Luego de esta victoria voy a decir adiós para siempre. Eso está decidido”, fue la sentencia de Mayweather esta semana antes de arrancar las actividades previas a su pleito del sábado en el T-Mobile Arena de Las Vegas.
Pero este compromiso significa para el Pretty Boy un reto mayúsculo, ya que McGregor, si bien no es un boxeador nato, ha demostrado tener fortaleza en sus puños como para mandar a dormir a sus oponentes. No es el peleador de artes marciales mixtas convencional y su ambición ha traspasado el deporte.
Floyd y Conor representan el liderazgo de las dos actividades de combate más importantes del mundo, una pelea que servirá para dictar sentencia sobre la ventaja o desventaja que puede tener una modalidad sobre la otra.
Por primera vez, el pugilista estadounidense enfrenta a un peleador tan o más influyente que él.
De hecho, este pleito se construyó en redes sociales, en las que los aficionados invitaron a Floyd a demostrar que podría contrarrestar el poder de las manos de McGregor.