La población civil no es objetivo #NotATarget
El 19 de agosto de 2003, el atentado terrorista contra las dependencias de las Naciones Unidas en Bagdad acabó con la vida de 22 personas, entre ellas, Sergio Vieira de Mello, representante de la Organización en Iraq.
Cinco años más tarde, en el 2008, la Asamblea General aprobó una resolución declarando el 19 de agosto Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.
Desde entonces, cada año, la comunidad humanitaria organiza campañas mundiales para conmemorar este día y hacer conciencia sobre la seguridad de los trabajadores humanitarios, así como de la supervivencia, el bienestar y la dignidad de las personas afectas por crisis y por desastres naturales.
Los conflictos cobran la vida de muchas personas en todo el mundo. Atrapados en conflictos armados, millones de civiles se ven obligados a esconderse o huir para salvar sus vidas.
Los niños dejan la escuela, las familias abandonan sus hogares y las comunidades se despedazan, mientras el mundo no hace lo suficiente para detener ese sufrimiento. Los trabajadores sanitarios y humanitarios, que ponen sus vidas en peligro para atender a las víctimas de la violencia, se convierten cada vez más en objetivo de los ataques.
Con motivo de la celebración de este día mundial, las organizaciones humanitarias se reúnen para reiterar una vez más que la población civil atrapada en un conflicto no debe ser objetivo de los ataques.
A través de una campaña mundial en línea, que incluye una colaboración especial con Facebook en Directo, difusión de la campaña en Twitter #NotATarget y de actos celebrados en todo el mundo, alzamos nuestras voces para defender a los más vulnerables en las zonas en guerra, y pedimos a los líderes mundiales que hagan todo lo posible para proteger a los civiles.
Esta campaña sirve de continuación al Informe del Secretario General sobre la Protección de Civiles, publicado en 2016, en el que traza su camino para la protección, pide que se respeten el derecho internacional humanitario y los derechos humanos, así como la protección de los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios.
En Guatemala podemos unirnos para recordar que las personas desalojadas, desplazadas, migrantes, afectadas por un deslave o una sequía no pueden ser objetivos de doble sufrimiento, hay que defender los derechos de todas las personas, principalmente, de quienes se encuentran en condiciones de mayor
vulnerabilidad.