El éxito de la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible está asociado de manera central con las acciones que el país realice en el ámbito del empoderamiento económico de las mujeres.
Esta afirmación es particularmente vigente y pasa por medidas que, tal como lo plantea la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, revisen y modifiquen políticas, como la estabilidad macroeconómica, la política fiscal, la inversión, el empleo y todos aquellos aspectos que impactan directamente en la pobreza y desigualdad que viven las mujeres.
En ese tanto, nos enfrentamos a una agenda robusta y extensa que no espera más por ser implementada. Urgen acciones de política pública vinculadas a fomentar el crecimiento económico para que, tal y como ya lo plantea el Plan Nacional de Desarrollo, avancemos en la transformación de las causas estructurales de la pobreza, enfocadas en reducir las brechas de inequidad entre hombres y mujeres. Es preciso trabajar por ampliar el horizonte conceptual que rige las acciones de política económica, promoviendo la resolución de problemas estructurales y estratégicos para el empoderamiento económico de las mujeres y la reducción de la pobreza. Nos referimos a dimensiones tales como el trabajo de cuidados, el trabajo doméstico remunerado y no remunerado, el impacto de eventos relacionados con la recesión económica en la vida de las mujeres y la ampliación de la inversión en políticas de protección social.
Esta es la realidad que debemos interrogar, discutir y comprender. Es el desafío para superar las medidas que, en el mejor de los casos, no nos lleven a estancarnos en el logro de pisos básicos de ejercicio de derechos y no en la transformación de las causas estructurales que dan lugar a la pobreza de las mujeres.
Dimensión fundamental de este proceso es la política fiscal. Es vital la inclusión de acciones destinadas a reducir los impuestos a los productos y los servicios básicos, para gravar las rentas del capital y la renta personal. Pero también hace falta revisar las prioridades del gasto público, así como discutir y fijar la orientación de la política de cooperación internacional para el desarrollo, favoreciendo a las mujeres desde un enfoque que tenga en cuenta sus intereses y necesidades diversas.
Continuará…
