El sector petrolero de Venezuela, el país con las mayores reservas del planeta, vive una crisis profunda provocada por la falta de inversiones y la mala gestión, una situación sin visos de mejora a corto plazo, indican los analistas consultados por AFP.
Frente a la afirmación del ministro venezolano del Petróleo, Nelson Martínez, que el jueves manifestó en la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que el sector funciona con normalidad, los expertos dibujan un panorama mucho más complejo y pesimista, en el que Petróleos de Venezuela (PDVSA), la compañía nacional, es el eslabón más débil.
Ahora es comprador
“La empresa está obligada a importar productos de Estados Unidos y crudo a precios internacionales, y no tendría por qué. Es una gestión desastrosa”, resumió Gonzalo Escribano, responsable del Programa Energía del Real Instituto Elcano.
Y ello trae en consecuencia, en primer lugar, una producción en declive constante desde hace no menos de una década y que confirman las cifras más recientes de la OPEP.
En abril, la extracción de esta materia prima venezolana cayó en 0.46 millones de barriles diarios (mbd), hasta los 2 mil 194 mbd, lo que supone una disminución de cerca del 17 por ciento desde hace 2 años.
“El verdadero problema es que PDVSA se ha convertido en la vaca lechera del Gobierno, pero no ha habido inversiones, de manera que no aumenta la productividad, y se ve obligada a importar regularmente de Estados Unidos”, apuntó Christopher Dembik, responsable de investigación económica en Saxo Bank.
“Es un caso típico de falta de inversión”, aseguró Abhishek Deshpande, un analista especialista del petróleo de Natixis.
A la paradoja de un país riquísimo en recursos naturales, pero con una economía en declive (lo que los economistas llaman “la maldición de los recursos” y que sufren otros países del globo), se une ahora una crisis política y social, con protestas diarias, en diversas zonas, desde el 1 de abril que han dejado no menos de 57 fallecidos.