Lenín Moreno asumirá mañana la Presidencia de Ecuador, con el desafío de impulsar una golpeada economía y enfrentar a una oposición fortalecida, para mantener la impronta socialista que su antecesor Rafael Correa imprimió desde 2007.
“Hay una resaca económica”, expresó Farith Simon, catedrático de la universidad privada San Francisco de Quito, añadiendo que el desembolso estatal en época preelectoral ha generado un sobreendeudamiento y afectado seriamente las finanzas públicas.
La deuda externa subió de unos US $10 mil millones (Q73 mil 300 millones) a US $25 mil 680 millones (Q188 mil 234 millones), el equivalente al 26.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en la gestión de Correa (2007-2017), mientras que el bum petrolero nacional acabó al desplomarse la cotización de US $98 (Q718.34) el barril en 2012 a US $35 (Q256.55) en 2016, de acuerdo con el Banco Central.
Va a ser muy difícil que Moreno pueda mantener los niveles de inversión social que han destacado al gobierno de Correa, opinó el politólogo Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito.
A pocos días de dejar la Presidencia, Correa se vanagloria de que la dolarizada economía se recupera después de encarar la tormenta perfecta con la brusca caída de exportaciones y la apreciación del dólar que encareció las importaciones.
El país, que a pesar de la crisis mundial vio crecer el PIB hasta en 7.9 por ciento en 2011, entró en recesión golpeado también por pérdidas por US $3 mil 344 millones (Q24 mil 51 millones), a causa de un terremoto en abril de 2016, año en que la economía se contrajo en 1.5 por ciento.