¿Saben David Beckham y Zinedine Zidane lo que le deben a Laszlo Oroszi, un modesto inventor de los alrededores de Budapest? Nada menos que el par de botas fabricadas por Adidas con el que jugaron sus mejores partidos.
Para los aficionados al futbol, la gama Predator, concebida por la marca de las tres líneas, es una leyenda: un modelo reputado que permite un golpe más potente y preciso, creado hace casi 20 años.
En 2000, cuando se celebró la Eurocopa de Bélgica y Holanda, las primeras zapatillas de esta línea dejaron su sitio a un modelo más innovador, las Predator precision y, luego, a las Predator mania, en las que las pequeñas líneas de delante de las botas reemplazaban la piel destinada a mejorar el control del balón.
Este calzado, que cubrió los pies de estrellas como Zidane, Luis Figo, Alessandro del Piero y Beckham, impulsaron la notoriedad de Adidas entre los fabricantes de artículos deportivos.
Para Laszlo Oroszi, de 63 años, estos zapatos fueron sinónimo de miles de euros engullidos en una lucha judicial sin fin contra la marca alemana para que reconociera la paternidad de la tecnología de las pequeñas líneas.
El miércoles 17, después de 14 años de juicio, se llevó a cabo una nueva audiencia en la Corte Suprema, para tratar el aspecto financiero del expediente.
En su casa, a unos 30 kilómetros de Budapest, este agrónomo muestra las decenas de pares de zapatillas multicolor que ha fabricado luego de haber pensado mucho tiempo en la manera de mejorar el control del esférico.
“No entendía por qué los jugadores tiraban tan frecuentemente a un lado, por encima de la portería o directo al guardameta. Entonces, pensé que el problema venía de la fricción entre la pelota, muy lisa, de cuero sintético, y las botas también lisas”, explica Oroszi.
Tras años de trabajo y ensayos, de sudor y sangre, estimó tener la bota perfecta, por lo que presentó una patente en 1996 y se reunió con los fabricantes.
“Enviamos una gran cantidad de prototipos a los clubes, sobre todo de Alemania, y, después de eso, el director de desarrollo de Adidas vino a hablarnos para cooperar”, relató Oroszi.
En noviembre, la Justicia húngara le concedió 200 mil euros (Q1 millón 643 mil 226) en concepto de indemnización, pero el miércoles el inventor pidió más ante la Corte Suprema, que emitirá su fallo el 1 de junio.