Rusia comenzó ayer la cuenta atrás para la Copa Confederaciones, torneo que arrancará dentro de un mes en San Petersburgo, con Alemania, Portugal y Chile como principales atractivos.
La FIFA cerró en la antigua capital zarista la gira de la prensa internacional por las 4 ciudades que acogerán partidos de un torneo que celebrará su décima edición del 17 de junio al 2 de julio en San Petersburgo, Kazán, Sochi y Moscú.
El Kremlin se ha tomado muy en serio la organización de este torneo, con vistas a la Copa Mundial de 2018.
La FIFA también se la juega, dadas las críticas que ha recibido en su momento la elección de Rusia y el apoyo incondicional que el mandatario ruso, Vladímir Putin, dio en todo momento al defenestrado Joseph Blatter.
Pese a las presiones políticas, esta nación europea ha logrado ahuyentar el fantasma del boicot y espera que, como ocurrió en Sochi, la atención se centre exclusivamente en el terreno de juego.
Principales figuras
Para ello, tanto la FIFA como los organizadores confían en que los equipos participantes, especialmente alemanes, portugueses, chilenos y también mexicanos, convoquen a todas sus estrellas, algo que aún está en el aire. Sin lugar a dudas, el principal reclamo del torneo sería la presencia de Cristiano Ronaldo, quien terminará la temporada más tarde que nunca, el 3 de junio, cuando el Real Madrid disputará la final de la Liga de Campeones.
La buena noticia es que Cristiano ha llegado a mayo menos castigado, ha sido reservado en diversos partidos de liga y, lo que es mejor, no ha sufrido lesiones musculares como otros años y es conocida su lealtad al equipo nacional.
También se espera que Chile lleve a sus principales estrellas, Alexis Sánchez y Arturo Vidal, al igual que México, pero hay dudas con Alemania, que podría optar por un equipo B sin puntales como Neuer, Hummels, Ozil o Kross.
Estado de la cancha
El único pero es el estado del terreno de juego del estadio de San Petersburgo, que ya estaba en el ojo del huracán por sus interminables obras, que se prolongaron por espacio de 10 años, por sus numerosos escándalos y por su alto coste.
El estadio se estrenó hace solo semanas al acoger los últimos partidos de liga del Zenit, pero frente al mal estado del césped el comité organizador ha decidido cancelar el encuentro que ayer debían disputar el equipo local y el Krasnodar.
El comité explicó que el motivo era tanto evitar que la gramilla sufriera un mayor deterioro como dar los últimos retoques a las instalaciones y a los servicios según los estándares exigidos por la FIFA.
No obstante, el entrenador del Zenit, el rumano Mircea Lucescu, levantó todas las alarmas al criticar el fin de semana el estado del campo tras caer frente al Térek y perder todas las opciones de lograr el título de liga.
El asunto no es baladí, ya que el recinto, con capacidad para 70 mil espectadores, acogerá el partido inaugural entre Rusia y Nueva Zelanda y la gran final. El prestigio de Rusia está en juego, ya que el coloso de San Petersburgo también será escenario de diversos partidos mundialistas en 2018, incluida una de las semifinales, y partidos de la Eurocopa 2020.
En lo que se refiere a las otras 3 sedes, se trata de instalaciones de nueva construcción con no menos de 40 mil asientos, que han sido elogiados tanto por los especialistas como por la prensa. En cuanto a los aficionados, los organizadores esperan distribuir cerca de 700 mil entradas, pero hasta hace poco no menos de la mitad estaban aún a la venta.