Vladimir Putin se burló abiertamente del escándalo en Estados Unidos a causa de las informaciones confidenciales que habría revelado su homólogo Donald Trump al ministro ruso Serguei Lavrov, y propuso revelar la transcripción de la conversación.
El mandatario ruso habló así por primera vez desde que estalló el escándalo que amenaza con complicar las relaciones entre Washington y sus aliados.
Trump está en el centro de una nueva polémica, a menos de cuatro meses de su llegada a la Casa Blanca, y a pocos días de su primer viaje internacional.
Esta nueva crisis se produce una semana después de que el gobernante estadounidense dejara cesante de manera caótica al director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
En una conferencia de prensa en Sochi (sur de Rusia) junto al primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, Putin mezcló ironía y críticas para evocar el escándalo en Estados Unidos.
Entre bromas
En un primer momento bromeó al prometer una “amonestación a su ministro de Relaciones Exteriores, porque no compartió sus informaciones secretas” con él o con los servicios secretos rusos, lo que provocó la risa del propio Lavrov y de responsables de esa nación europea.
Luego, más seriamente, anunció que “si la administración estadounidense lo autoriza, estamos dispuestos a proveer la grabación de la conversación entre Lavrov y Trump al Congreso y al Senado estadounidenses”.
Apenas terminó la conferencia de prensa, el consejero del Kremlin, Yuri Ushakov, citado por las agencias rusas, precisó que no se trataba de una grabación de audio, sino de una transcripción “hecha por una persona especial que está presente en las entrevistas” de este tipo.
Trump fue acusado por el The Washington Post de haber divulgado informaciones respecto de una operación en preparación del grupo yihadista Estado Islámico, en ocasión de una reunión el 11 de mayo con Lavrov y con el embajador ruso en Estados Unidos, Serguei Kisliak, en la Casa Blanca.
Según fuentes coincidentes, esos datos habrían sido ofrecidas a Estados Unidos por Israel con la condición de no traspasarla a nadie, ni siquiera a otros países aliados, para no exponer a la fuente.
Por su parte, Chuck Schumer, jefe de la oposición demócrata en el Senado, pidió que la transcripción del encuentro entre Trump, Lavrov y Kisliak fuera entregada a las comisiones de inteligencia del Congreso.