Naciones Unidas recordó que todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión.
En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas, a iniciativa de los países miembro de la Unesco, proclamó el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa, a fin de “fomentar la libertad de prensa en el mundo, al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática”.
Naciones Unidas recordó que todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Este día constituye una lucha difícil para todos aquellos que desempeñan el noble oficio de ser periodistas, quienes transmiten la información de una forma elocuente y comprometidos con la construcción de una nueva sociedad en la que todos los seres humanos tengamos la capacidad de difundir nuestras ideas sin molestar ni insultar a los demás.
Aunque muchos dirán que algunas verdades hieren o caen mal que sean difundidas y tocan ciertos intereses, pero lo importante es que la verdad prevalezca y, sobre todo, que no se dañe a los demás, y que esta sea de beneficio para todas las personas que esperan cambios favorables para lograr sus metas en la vida.
Cada año la Unesco conmemora esta fecha, rindiendo especial tributo, de esta manera, a los muchos periodistas o comunicadores alrededor del mundo, que por decisión profesional ponen en peligro sus vidas en el esfuerzo de informar a sus sociedades y de promover el libre flujo de la información y de informar la verdad sin ningún tipo de sesgo a costa de su propia vida.
Es de admirar donde los periodistas se desempeñan en áreas de conflicto y están siempre al día, al informar sobre lo que sucede en los países en los que día a día se sobrevive para mantener informada a la población de lo que sucede en estos lugares, y en los cuales muchas veces se retrata la crueldad con que la guerra afecta a los ciudadanos que tratan de sobrevivir en lugares donde la guerra se convierte en un monstruo que los ataca, persigue y que no los deja vivir en el cumplimiento de una paz que solo existe de nombre.