Una de las preocupaciones que tenían los guatemaltecos para los días de la Semana Santa era que pudieran disfrutar sus actividades religiosas, o de ocio, con tranquilidad. Para ello, el Ejecutivo puso en operación el Sistema Nacional de Prevención en Semana Santa (Sinaprese) para su protección, que incluyó seguridad en carreteras, en lugares de mayor afluencia de personas y, por supuesto, en los distintos barrios y colonias, sobre todo para dar certeza de que al regresar los veraneantes encontrarían sus pertenencias tal como las habían dejado.
Para millones de ciudadanos esto fue posible debido a los diversos operativos del Sinaprese en todo el país, en aproximadamente 75 mil servidores públicos.
Adicionalmente, como parte de esta planificación, desde un mes antes de estas fechas especiales hubo múltiples capturas de personas vinculadas con diversos delitos, y con ello se continuó con la desarticulación de poderosas bandas delincuenciales que ahora están tras las rejas.
Una de las formas de comprobar la mejora en la seguridad durante estas festividades es la cantidad de homicidios registrados en este período: una disminución de 17 por ciento en la incidencia de este delito, que afecta lo más preciado, como lo es la vida.
Según informó la semana pasada el ministro de Gobernación, Francisco Rivas, en este lapso se dieron 74 muertes violentas, la cifra más baja en 10 años, incluso de las 87 reportadas en 2014, que ahora se convierte en la segunda de menor incidencia. Respecto de los 117 fallecidos en 2009, el número más alto, el resultado de 2017 es 37 por ciento menor, o sea que se salvaron vidas de guatemaltecos.
Si el comparativo de la incidencia de este delito en todo el territorio se hace con marzo de cada período, el de este año también es menor, con una cifra de 336. El nivel es similar al que se observaba hace 14 años (343 en 2004) pero en esa época la tendencia era hacia el alza, la cual se detuvo en 2009, y ahora continúa a la baja.
Ciudad más segura
Al efectuar una comparación de la cantidad de homicidios del 1 de enero al 15 de abril, este nivel coincide con la recuperación de terreno en términos de imagen internacional en materia de seguridad, específicamente en el combate a hechos delictivos atribuidos a pandillas y grupos del crimen organizado, según la cartera del Interior.
En este período, las fuerzas de seguridad han evitado la muerte de 44 guatemaltecos. No obstante, las autoridades están conscientes de que este esfuerzo debe continuar porque aún hay malandrines que siguen causando dolor en la población.
Según un estudio de la oenegé mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal divulgado recientemente por el Centro de Investigación de Crimen Organizado (InSight Crime), la ciudad de Guatemala se ha alejado del ranquin de las 10 urbes más violentas en el mundo, y es gracias a estos resultados.
El mismo análisis destaca que algunos de los factores que persisten detrás de las altas tasas de homicidios en la región incluyen la fragmentación de los grupos del crimen organizado, el aumento del consumo de estupefacientes y los conflictos por rutas del narcotráfico.
Esto explicaría la reacción de los pandilleros y otros delincuentes a quienes se ha golpeado fuertemente en los últimos meses, pues se les ha recortado su capacidad operativa y de financiamiento, y, como consecuencia, en parte de estas estructuras delincuenciales ha habido reacomodos ocasionando un incremento en la lucha interna de poder.
Los registros estadísticos de la Policía Nacional Civil indican que en 2017, en el departamento de Guatemala, que es el que históricamente más homicidios presenta, el 24 de febrero, 3, 9 y 30 de marzo, así como el 16 de abril, no hubo ni uno, y si se agregan el 28 de junio, además de 21 y 22 de noviembre de 2016, suman 8 días en lo cuales no ha habido muertes violentas en esta zona. A esto debe añadirse que el 9 de marzo tampoco se cometió este acto ilícito en todo el territorio nacional.
En la gestión del actual jefe de la cartera del Interior, la tasa criminal del país se ha reducido de 29 a 27 homicidios por cada 100 mil habitantes, y la tendencia imparable es a seguir disminuyendo.
Impacto en turismo
El responsable del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), Jorge Mario Chajón, informó también la semana pasada que los salvadoreños habían desistido de visitar el país por los problemas de delincuencia que los afectaba, pero desde agosto del año pasado, cuando las entidades encargadas de la seguridad pública desarticularon una banda de asaltantes, comenzaron a interesarse en pasar sus días de descanso con nosotros. La incidencia delictiva al visitante está muy cercana a cero, resaltó Chajón, y por ello el ingreso de ciudadanos de otras regiones del mundo también se vio incrementado durante el asueto.
Solo en el período de la Semana Mayor reciente vinieron 115 mil 295 turistas de diversas nacionalidades, de los que 79 mil 857, es decir el 69 por ciento, fueron salvadoreños, constituyéndose de nuevo esta nación en el principal emisor de los viajeros no residentes que visitan Guatemala.
Con apoyo de las fuerzas de seguridad, en estas vacaciones se pusieron en marcha 66 caravanas, para resguardar tanto vehículos privados como de transporte de turistas, por medio del Programa de Atención al Turista, a fin de cuidar a los excursionistas por la vía terrestre, y el resultado es que este año solo se recibió 1 denuncia.
En total, los empleados públicos guatemaltecos atendieron 32 hechos relacionados con los expedicionarios, desde la reparación de automotores hasta la pérdida o extravío de documentación, cifra que es menor al centenar que era el promedio de años anteriores.
Adicionalmente, se hicieron mil 102 visitas a hoteles, en las que se levantaron 172 actas, principalmente por no estar inscritos en el Inguat o tener tarifas que excedían a las autorizadas.
Debido a estas condiciones de seguridad, la mayor parte de los visitantes se llevó buenos recuerdos de Antigua Guatemala, Retalhuleu (los parques temáticos, fincas de café y Tak´alik A´baj´, Champerico, entre otros atractivos), las playas del Pacífico, Quetzaltenango, Izabal, Panajachel, Las Verapaces, Chichicastenango, Petén y Esquipulas, los lugares preferidos.
En suma, en estas vacaciones hubo un desplazamiento de 2 millones 518 mil viajeros dentro del país, tanto de nacionales como de extranjeros, lo cual, comparado con 1 millón 900 mil de 2016, representa un aumento de 20 por ciento.
Estos traslados ayudaron a dinamizar la economía del país y se convirtieron en una fuente de ingreso para las personas que viven en las zonas más alejadas y pobres, de acuerdo con la explicación del Inguat.
El gasto promedio de los turistas este año se calcula en US $96.60 (Q708) por persona; de este, la mitad se destina a pago de hospedaje, y el resto a otros rubros, como alimentos, transporte, entradas a atractivos, etcétera. Los datos oficiales cifran en US $89.1 millones (Q653.1 millones) el dinero que la industria sin chimeneas generó para la economía guatemalteca.
También se registró una disminución de accidentes de tránsito, debido a los operativos de prevención en las carreteras.
Es indudable que las condiciones de seguridad están mejorando. No obstante, también es de reconocer que el trabajo no termina ahí, pues hace falta mucho por hacer para lograr el país que queremos, que los guatemaltecos estamos construyendo.