El Sistema de Naciones Unidas impulsa de manera pujante la conmemoración de Días Internacionales dedicados a causas o temas específicos. En este momento, con una amplia gama temática, promueven a lo largo del año la reminiscencia a nivel mundial de 140 temas. El 22 de abril, desde 2009, en el marco del Sexagesimotercer período de sesiones, fue aprobada la Resolución (A/63/L.69 y Add.1), por medio de la cual se instituyó el Día Internacional de la Madre Tierra.
Tan solo en materia ambiental, de los 140 temas, se dedican 16 aspectos. Todas estas emblemáticas fechas conllevan los imperativos propios para despertar conciencia a escala mundial. Así, con ese contenido se menciona el 3 de marzo como el Día Mundial de la Naturaleza o de la Vida Silvestre, también el dedicado a los bosques (el 21 de marzo), al día siguiente el del Agua. Y un día después el Día Meteorológico Mundial, le sigue el ya mencionado dedicado a la Madre Tierra. Nuestro hogar global más importante.
La administración gubernamental más poderosa del planeta, que recién asumió el 20 de enero de este año, puso en duda con una variada serie de reflexiones el impacto derivado del calentamiento global. De continuar ese ascendente opuesto a la gran cantidad de acuerdos previos en materia ambiental, pronto estaremos ante una serie de desafíos totalmente inusitados, inesperados, impredecibles y cuyas consecuencias serán también inconmensurables.
Es valedero suponer que si la nueva visión ambiental se impone y trae con ella la concreción de las actividades, previamente anunciadas, en relación con un incremento del uso de los combustibles fósiles, a un aumento del uso del carbón como combustible primario en la generación de electricidad, los modelos prevalecientes de productividad industrial se verán inyectados con provocaciones ambientales y climáticas de alto impacto y el orbe, en su conjunto, y los países más vulnerables (como toda Centroamérica), pagarán las consecuencias en un lapso relativamente corto.
Si los llamados a despertar una conciencia colectiva proclive al impulso de acciones fundamentadas en los temas propios de los Días Internacionales en materia ambiental, han tenido una huella significativa; será cuestión de un breve lapso para que se llegue a medir la reacción también generalizada de la población a escala mundial de las temibles consecuencias del renovado reto contra la Madre Tierra.
Los ángulos para determinar la reacción colectiva son variados, pero también encaja en ese orden de ideas, cómo las redes sociales y sus temas virales obnubilan la conciencia que pretende despertar a partir de las fechas simbólicas y sus trascendentes temas. Nuestro mundo contemporáneo tan interconectado, tan dependiente de lo que sucede en el mundo virtual, nos puede estar orillando a apartarnos de la toma de conciencia de lo que acontece en el mundo real. Ese es un entorno, de momento, impredecible. Debemos atender los incansables llamados de auxilio de la Madre Tierra. ¿No le parece, apreciable lector?