Los Cachorros de Chicago sentenciaron la Serie Mundial con un triunfo 8-7 en extrainnings, y terminaron así con la llamada maldición de la cabra.
Chicago se puso al frente desde el episodio inicial; Dexter Fowler, primer bateador del partido, conectó un tablazo de cuatro esquinas para sonrojar a Corey Kluber, abridor estelar de la tribu.
Coco Crisp anotó la carrera del empate a 1 en el tercero, luego de un sencillo impulsador de Carlos Santana. Los oseznos respondieron en la cuarta con 2 carreras: Kris Bryant anotó con elevado de sacrificio de Addison Russell, y Willson Contreras envió al plato a Ben Zobrist con un doblete.
En la quinta entrada, Javier Baez se voló la barda con un batazo de 408 pies y después Bryant llegó al plato con un sencillo de Anthony Rizzo, para aumentar a 5-1 la diferencia.
En el cierre de este capítulo, Jason Kipnis y Santana anotaron con un lanzamiento salvaje del relevista Jon Lester.
No obstante, en el sexto, David Ross conectó un elevado enorme fuera del parque para aumentar el marcador a 6-3.
Con 2 hombres fuera y 1 en circulación en la parte baja de la octava, Joe Maddon relevó a Lester y llevó a la lomita al cubano Aroldis Chapman, quien no logró hacer el trabajo y permitió el empate, primero con doblete de Brandon Guyer, y Rajai Davis pegó un jonrón para nivelar las acciones.
El juego se definió en extrainnings; los Cachorros anotaron 2 en la décima entrada y los Indios solo respondieron con una, para darle al equipo de los oseznos su primer título en 108 años.
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