El FBI resucitó hoy el escándalo de los correos electrónicos que ha sobrevolado las aspiraciones presidenciales de la demócrata Hillary Clinton al reabrir la investigación sobre el uso de un servidor privado por parte de la candidata a la Casa Blanca a apenas 11 días de las elecciones.
El director del Buró Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI), James Comey, notificó su decisión a los presidentes de varios comités del Congreso, todos ellos republicanos, quienes habían reclamado un escrutinio más profundo sobre el posible uso inapropiado de información clasificada por parte de Clinton cuando era secretaria de Estado (2009-2013).
“A colación de un caso no relacionado, el FBI ha tenido conocimiento de la existencia de mensajes de correo electrónico que parecen ser pertinentes para la investigación”, indicó Comey en su notificación.
“Estoy de acuerdo en que el FBI debe tomar medidas de investigación apropiadas para permitir a los investigadores revisar estos mensajes de correo electrónico para determinar si contienen o no información clasificada, así como para valorar su importancia para nuestra investigación”, agregó el director del FBI.
Comey, quien indicó haber sido informado del asunto este jueves, añadió que “el FBI aún no puede determinar si el material es o no significativo” para la investigación ni cuánto tiempo llevará determinar su impacto en la misma.
Según el diario The New York Times, que cita fuentes oficiales no identificadas, se trata de investigaciones que el FBI está llevando a cabo sobre mensajes de texto enviados a una adolescente de 15 años en Carolina del Norte por el excongresista Anthony Weiner, esposo de Huma Abedin, una importante ayudante de Clinton en la campaña electoral.
El jefe de campaña de la exsecretaria de Estado, John Podesta, pidió al FBI revelar “inmediatamente” los detalles de los nuevos correos electrónicos.
“El director del FBI debe hacer pública inmediatamente la información que está contenida en la carta que envió a ocho presidentes de los comités republicanos (…) Es extraordinario que veamos algo como esto a solo 11 días de una elección presidencial”, subrayó.
El jefe de campaña de la demócrata recordó que Comey “declaró que ningún fiscal razonable podría seguir adelante con un caso como este”.
“Desde entonces, (el candidato) Donald Trump y sus aliados republicanos han seguido poniendo en duda al FBI y, tanto de manera pública como privada, intimidando a los funcionarios para volver a revisar su conclusión en un desesperado intento de dañar la campaña presidencial de Hillary Clinton”, reiteró.
La reapertura de la investigación llega apenas a una semana y media de las elecciones del 8 de noviembre, en las que la también ex primera dama se enfrenta a Trump, quien no dudó en sacar a colación el asunto en el primer acto electoral que celebró tras conocerse la noticia.
“Es un gran anuncio. Quizá finalmente se haga justicia”, afirmó Trump en Manchester (Nuevo Hampshire), entre los gritos ya habituales entre sus seguidores de “enciérrala”.
El aspirante se mostró “orgulloso” de que el FBI tenga la “valentía” de reabrir la investigación e insistió en que es importante evitar que Clinton “lleve su trama criminal a la Casa Blanca”.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, afirmó que “una vez más, Hillary Clinton no tiene a nadie más a quien culpar que a sí misma”.
“Ella estaba a cargo de algunos de los secretos más importantes de nuestro país y traicionó esa confianza por una manipulación descuidada de información altamente clasificada”, agregó Ryan.
Mientras, la candidata no abordó el tema en su primera aparición electoral del día en Iowa.
En julio, Clinton fue sometida a un interrogatorio de más de tres horas en el cuartel general del FBI sobre el asunto y días más tarde el Departamento de Justicia decidió cerrar el caso por recomendación de la oficina de investigaciones, que no encontró indicios para presentar cargos.
En esa ocasión, Comey indicó que la ex secretaria de Estado había actuado de manera “extremadamente descuidada” con el manejo de la información al frente de la diplomacia estadounidense.
La polémica se desató a comienzos de 2015, cuando medios estadounidenses revelaron que durante sus cuatro años en el Departamento de Estado Clinton usó una cuenta personal para sus comunicaciones, con un servidor privado.
La ex primera dama reconoció entonces que habría sido “más inteligente” usar una cuenta oficial y entregó 55 mil páginas de correos electrónicos de esa etapa al Departamento de Estado para su publicación, pero el caso generó interrogantes sobre si trató indebidamente información clasificada del Gobierno al usar su cuenta personal.
El Departamento de Estado identificó alrededor de 2 mil 100 correos electrónicos del servidor de Clinton con información confidencial, aunque aseguró que muchos de ellos no se consideraron clasificados en el momento de su envío, sino que han sido etiquetados como tal durante la revisión actual de los emails.
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