El tren de aseo de la comuna de Quetzaltenango recogió ayer no menos de mil 170 toneladas de basura, después de que los vecinos del Valle Palajunoj, en esa cabecera departamental, desistieran de impedir el paso de los camiones recolectores al vertedero del lugar, informaron las autoridades ediles.
De acuerdo con el alcalde Luis Grijalva, esa cantidad de desechos se acumuló durante los 9 días que los pobladores bloquearon la entrada al sitio, como medida de presión para que se les otorgara en concesión la bodega de la Empresa Eléctrica Municipal, para la habilitación de un centro de comercio.
“Estuvimos al borde de una crisis de sanidad, pero el apoyo de los ciudadanos que cumplieron con no sacar los residuos a las calles fue fundamental”, dijo el jefe edil, y añadió que la mayor cantidad de desperdicios se generó en los mercados.
Abren mesa de diálogo
Las autoridades locales buscan cumplir las demandas de los inconformes, pero se descartó que las instalaciones solicitadas puedan utilizarse, pues, según un estudio realizado por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, en el lugar se almacena material que resultaría dañino para la salud.
En busca de acuerdos, se determinó abrir una mesa de diálogo, en la cual también participaría personal de la Procuraduría de los Derechos Humanos, cuya intermediación permitió ayer la reapertura del basurero.
Los diputados Rubén Misael Escobar y José Alberto Hernández, representantes de ese distrito, manifestaron su interés de acompañar las discusiones y de apoyar en la búsqueda de un terreno para que los pobladores puedan instalar sus negocios y vender sus productos.
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