Especialista en hacer documentales con críticas a los excesos del sistema, Michael Moore tomó al público desprevenido en su nuevo filme: Michael Moore in Trumpland, un vibrante alegato en favor de la candidata demócrata Hillary Clinton.
De urgencia
Ganador del óscar a mejor documental en 2003, Moore realizó de urgencia, en 12 días, esta película, cuyo montaje terminó exactamente a 3 semanas de la elección presidencial en Estados Unidos.
No fue tanto Donald Trump quien lo llevó a la acción, comentó el director, sino ver que Clinton no cuenta con el apoyo necesario en las urnas. “Cuanto más veía a los seguidores de Hillary realizar su danza de victoria, como si ya todo hubiera terminado, más me decía: ustedes están haciendo elegir a Trump”, precisó.
Este hombre de izquierda terminó y luego filmó una iniciativa personal que, contra toda previsión, no apunta a demoler al candidato republicano, sino a humanizar a Clinton y volcar a su favor a los electores que aún no definieron su voto. “Nadie quiere una película que nos diga que Trump es falso, que es un horrible ser humano”, dice el cineasta que logró celebridad con el documental Roger & Me.
El espirítu retador no se apaga
Michael Moore expuso su espectáculo en un teatro de la ciudad de Wilmington, Ohio, situada en un condado en el que los votantes republicanos son mayoría. Hasta se aseguró, según dijo, de contar con la presencia de 150 a 200 personas, entre las 700 que asistieron, que pretenden votar por Trump.
La cinta debería ser pronto exhibida en una treintena de ciudades estadounidenses y en las plataformas digitales, anunció Moore.
Lejos de firmarle un cheque en blanco a la candidata demócrata, el director advierte que si Clinton resulta elegida y no respeta su programa, le pedirá rendir cuentas y se presentará como candidato en 2020. “No bromeo”, advirtió.
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