El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, contra quien la Justicia ha abierto tres diferentes procesos y lo investiga en otras causas, asegura que quienes lo acusan saben que es inocente, pero no pueden retirar las denuncias para no quedar desmoralizados.
“Mis acusadores saben que no robé, que no fui corrompido y que no intenté obstruir la Justicia, pero no lo pueden admitir. No pueden retroceder, tras la masacre que promovieron en los medios de comunicación”, afirmó el exjefe de Estado en una columna de opinión que publica el diario Folha de Sao Paulo.
“Se convirtieron (los fiscales) en prisioneros de las mentiras que crearon, en la mayoría de las veces a partir de reportajes facciosos y mal investigados. Están sentenciados a condenar y deben pensar que, si no me arrestan, ellos serán los desmoralizados ante la opinión pública”, agregó.
Lula, el mandatario más popular de la historia de Brasil, se enfrenta a dos juicios por corrupción, en ambos casos, por recibir presuntos pagos y favores de sendas constructoras, y en el tercero, por haber tratado de silenciar a un testigo que le señala como uno de los cabecillas de la red que saqueó la petrolera estatal Petrobras, durante al menos una década.
También es investigado por el Tribunal Supremo por su supuesta participación en los desvíos de fondos millonarios de la petrolera, pero en este caso, no es considerado procesado ni se le imputa ningún delito.
El exgobernante atribuyó la cacería judicial que sufre a un proyecto de sus rivales para minar su fuerza política de cara a las próximas elecciones.
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