Latinoamérica puede mejorar la transparencia de sus economías y luchar contra la evasión fiscal fomentando los pagos electrónicos, ya que es más fácil ocultar los billetes del fisco, indicó en una entrevista con EFE en Panamá un alto directivo de la multinacional Visa.
“El efectivo sigue siendo el principal medio de pago en Latinoamérica, con las ineficiencias que esto conlleva. Las transacciones en efectivo tienen menos probabilidades de pagar impuestos”, afirmó el presidente de Visa para Latinoamérica y el Caribe, Eduardo Coello.
La evasión fiscal en Latinoamérica alcanzó en 2015 los US $340 mil millones (Q2 mil 553 millardos), lo que representa el 6.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, según la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe.
Hábitos
Latinoamérica, con el 80 por ciento de los negocios realizados en contante y sonante, es una de las regiones con la tasa de penetraciones de pagos electrónicos más baja del mundo, indicó Coello en Panamá, donde la firma abrió su primera oficina en Centroamérica.
En el otro lado de la tabla, de acuerdo con los datos de Visa, se encuentran los países nórdicos y Canadá, donde los pagos en efectivo apenas llegan al 30 por ciento.
La situación latinoamericana se explica, según el ejecutivo, por las bajas tasas de bancarización, el elevado porcentaje de población rural y los hábitos de los consumidores que, en vez de pagar en los comercios directamente con sus tarjetas, retiran dinero del cajero y hacen su compra después en efectivo.
Según cálculos de la multinacional, si la penetración de pagos electrónicos crece 10 por ciento en un país, su PIB puede llegar a aumentar hasta 0.7 por ciento.
Ejemplo
Por eso, el alto directivo animó a los Gobiernos de la región a adoptar medidas que impulsen el uso de pagos electrónicos, como la Ley de Inclusión Financiera que recientemente se ha puesto en marcha en Uruguay.
Dicha norma obliga a todo aquel que recibe un salario a tener una cuenta bancaria y establece la devolución de parte del IVA, que en Uruguay es de 22 por ciento, a quien pague con tarjeta. Nada más promulgarse la ley, apuntó Coello, las transacciones de débito crecieron 300 por ciento.
“El Gobierno está empezando a ver que la recaudación adicional por la formalización de la economía ya cubre el costo que tuvo inicialmente la devolución de esos impuestos”, añadió.
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