El papa Francisco santificó ayer a José Gabriel Brochero, conocido como el cura gaucho y al niño mártir, el mexicano José Sánchez del Río, ante una multitud de devotos que asistieron a la ceremonia en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
Después de pronunciar la tradicional fórmula en latín para proclamar la santidad de los dos latinoamericanos, el Sumo Pontífice rezó y elogió el corazón generoso y fiel de los nuevos canonizados en la Iglesia.
“Los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. Luchan al extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos”, explicó el santo Padre.
También fueron elevados a esa categoría eclesiástica: los franceses Salomón Leclercq (1745-1792) e Isabel de la Santísima Trinidad Catez (1880-1906), entre otros.
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