La ONU eligió el 11 de octubre para reconocer los derechos de las niñas, y los problemas que afrontan en su desarrollo.
El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 66/170, en la que declara el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña con el objetivo de “reconocer los derechos de las niñas y los problemas excepcionales que las niñas confrontan en todo el mundo”.
“Todos los días, las niñas hacen frente a la discriminación y la violencia en todo el mundo. El Día Internacional de la Niña centra la atención en la necesidad de abordar los desafíos que enfrentan las niñas y promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos”, estableció la ONU.
No cabe duda que nací en una familia privilegiada, y también en un país donde no existe opresión, al menos explícitamente hacia la mujer, únicamente reconocí que son barreras religiosas mal interpretadas por personas del deber ser de una mujer, así como las llamadas “costumbres”, que al final todo lo que vulnera derechos, no es cultura ni costumbre, es delito.
Guatemala tiene áreas en las que aún prevalece la opresión hacia la mujer, tal vez mis palabras son muy pasadas de moda, pero lo cierto es que aún hay niñas que las fuerzan a casarse o juntarse desde que tienen su primera menstruación, para tener una vida de servidumbre, de esclava sexual y de reproductora, más no como persona sujeta de derechos. Aún vemos la triste diferencia que no es lo mismo esperar un “varoncito” que una “hembrita” dicho popular en la costa sur. Al menos, ya se va cediendo en ofrecer el caldo de gallina a la madre que acaba de tener a su bebé no importando sieste es niño o niña.
No sé, si eso fue un caso aislado, pero al menos me hizo sentir mejor que un bebé es un bebé, no importa el sexo. Entre sexo y género, el segundo ha enseñado que las niñas debemos ser tratadas como princesas, nos eligen los colores y todo ese mundo perverso de producir “reproductoras” “amas de casa” y no mujeres.
Lo mejor que le puede pasar a la niña guatemalteca es invertir en ella, en su futuro, en su educación para que pueda lograr su independencia como individuo, para que pueda decidir sobre su vida y su cuerpo, no sé por qué aún hay personas que les da miedo que una mujer decida sobre ella misma, y que tenga objetivos claros, creo que les da miedo perder el control sobre otros.
En fin, Guatemala tiene la tarea de fortalecer la inversión dirigida a la niña, para evitar violencia y muertes por embarazos. Al invertirse en el desarrollo de las niñas, se tiene el doble potencial de regresar ese recurso en creces, ya que muchas de ellas no olvidan su origen y tratan la manera de cambiar y aportar a sus comunidades, familias y en otras mujeres.
Es una tarea que nos involucra a todos como sociedad, desde evitar el acoso callejero y no callar y señalar que está mal, hasta pagar los salarios igualitarios por el mismo trabajo realizado.
La niña guatemalteca ya no puede seguir en silencio, debemos ayudarla para evolucionar como sociedad próspera.
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