Bogotá, Colombia | Alina Dieste, AFP
Colombia rechazó sorpresivamente este domingo el acuerdo de paz con la guerrilla FARC, sumiéndose en una incertidumbre sobre el futuro del proceso para terminar más de medio siglo de violencia.
Tras el golpe inesperado, tanto el presidente Juan Manuel Santos como el jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño (“Timochenko”), expresaron su firme voluntad de buscar una salida política al conflicto armado.
“No me rendiré y seguiré buscando la paz hasta el último día de mi mandato, porque ese es el camino para dejarle un mejor país a nuestros hijos”, señaló el mandatario en una alocución televisada desde la presidencial Casa de Nariño, flanqueado por su equipo negociador en los diálogos en Cuba.
Casi simultánteamente, desde La Habana, sede de las negociaciones de casi cuatro años, Timochenko aseguró que los rebeldes “mantienen su voluntad de paz y reiteran su disposición de usar solamente la palabra como arma de construcción hacia el futuro”.
Este sorpresivo resultado ocurre a casi una semana de la firma de la paz, sellada por Santos y Timochenko en una solemne ceremonia en Cartagena, ante 15 jefes de Estado y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
Con 99,95% de las mesas escrutadas, la opción del “No” (50,21%) se imponía a la del “Sí” (49,78%), según el último reporte de la autoridad electoral, en la que se registró una participación del 37,43%.
Los resultados contrastan con las encuestas que auguraban una ventaja del Sí, con un 20% de adhesiones frente al “No”, firmemente apoyado por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010).
Unos 34,9 millones de colombianos estaban convocados a las urnas. Pero la votación no era obligatoria.
Los colombianos dicen estar hartos de la guerra, pero muchos rechazaron hacer concesiones a las FARC, que marcaron la historia reciente con masacres, secuestros, extorsiones y desapariciones forzadas.
Uno de los convencidos por el “No” era Plinio Apuleyo Mendoza, periodista y escritor, que se dijo “sorprendido y contento. Sorprendido porque no pensaba que con todo ese despliegue publicitario no fuera a ganar el ‘Sí’. Aspiraba a que no fuera muy grande la diferencia, pero creo que todos nos sorprendimos”, dijo a la AFP.
El triunfo del ‘No’ es un espaldarazo a Uribe, según analistas, para quien el acuerdo otorgaba impunidad a los rebeldes y encaminaba al país hacia el “castrochavismo” de Cuba y Venezuela.
El gobierno de Santos dijo en varias oportunidades no tener un plan B si triunfaba el voto negativo.
“Esto se siente como un Brexit”, dijo a la AFP Kirsty Brimelow, abogada y directora de Bar Human Rights Committee, invitada a la firma en Cartagena, en alusión a la salida de la Unión Europea votada por los británicos que las encuestas tampoco anticiparon.
Los resultados son un reflejo de la profunda polarización en el país.
“Ganó el odio, ganó el odio a las FARC”, dijo a la AFP Jorge Restrepo, director del centro de análisis Cerac. “Quedamos sumidos en una profunda crisis política y con unas consecuencias económicas muy negativas”, agregó.
Ahora son las FARC las que “decidirán si siguen con el desarme, la reintegración y el cese el fuego bilateral”, dijo.
El pacto con las FARC, de 297 páginas, buscaba terminar el principal y más antiguo conflicto armado de América, un complejo entramado de violencia entre guerrillas, paramilitares y agentes estatales, con saldo de 260.000 muertos y 6,9 millones de desplazados.
“Hay quienes arriesgan todo por continuar la guerra. Y esto hiere el alma”, dijo al saludar días atrás el acuerdo el papa Francisco, que este domingo recordó que su anunciada visita a Colombia dependía de que el proceso de paz estuviera “blindado”.
En la sede de la campaña por “Sí”, en el emblemático hotel Tequendama en el centro de Bogotá, se vivía un clima de luto.
“Nadie estaba preparado para esto, no había plan B. Ahora no sabemos qué puede pasar, pero está claro que las condiciones que se les dio a las FARC para el acuerdo han pesado mucho y la falta de movilización del electorado colombiano también”, señaló a la AFP el ingeniero Jorge Cifuentes, de 55 años.
El acuerdo preveía el ingreso de las FARC en la política de forma legal. Sus 5.765 combatientes, según cifras de la guerrilla, iban a concentrarse en 27 sitios para su desarme y posterior reinserción a la vida civil. Pero ahora lo que reina es una gran interrogante.
ad/ml
1994-2016 Agence France-Presse
Deja un comentario