Miles de personas se reunieron el sábado ante el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroestadounidenses para escuchar al primer presidente negro del país en su discurso de inauguración de este edificio dedicado a las múltiples facetas de la dura historia negra, así como a sus logros.
Obama cortó el listón para inaugurar el museo revestido en bronce y de unos 37 mil metros cuadrados en compañía de la familia de Ruth Odom Bonner, una anciana de 99 años y cabello blanco, hija de un esclavo nacido en Misisipi.
La anciana, vestida con un traje rosa que le caía hasta los pies, hizo sonar la campana para declarar inaugurado el museo, ayudada por su hijo, su nieto, su bisnieta y por el presidente y su esposa Michelle.
“Esto significa mucho para mí”, comentó lagrimeando Heather Lawson, una joven de alrededor de 30 años. “Simboliza la esclavitud y la servidumbre que nuestro pueblo debió padecer por tantos años. (…) Era importante estar aquí para sentirse parte de la historia”, agregó.
“Tenemos un largo camino que recorrer”, dijo a la AFP, para explicar que las tensiones raciales que atraviesan a la sociedad estadounidense no van a desaparecer de la noche a la mañana.
“El hecho que en una época nosotros estábamos encadenados, esclavizados y se nos vendía y que ahora estamos acá, muestra que podemos lograrlo. Podemos llevar a cabo los cambios que se imponen”.
Como ella, muchos afroestadounidenses llegados de todo el país oscilaban entre el orgullo y la sensación de que el combate por la igualdad está lejos de concluir, como resumió Jeanette Providence, profesora originaria de Sacramento, en California, en la otra costa del país.
“En los libros de historia no se reconoce nuestra contribución”, lamentó esta sexagenaria que se desplazó a Washington para “homenajear a nuestros ancestros que hicieron que esto sea posible”.
*Con información de AFP
Deja un comentario