La canciller alemana Angela Merkel esbozó un mea culpa sobre su política de inmigración, tras sufrir otro revés electoral que la deja muy fragilizada a un año de los comicios legislativos.
Al hacer el balance del resultado históricamente bajo de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que obtuvo el domingo apenas 17.65 por ciento de los votos en Berlín (su peor resultado en la ciudad desde la posguerra), Merkel reconoció haber cometido errores en su política migratoria.
“Si pudiera remontaría el tiempo varios años para poder, con el gobierno y los otros responsables, prepararnos mejor ante la situación que nos sorprendió un poco al final del verano de 2015”, cuando centenas de miles de refugiados fluyeron hacia Alemania, afirmó la canciller.
“Dios sabe que no siempre hemos tomado buenas decisiones en los últimos años”, expresó la funcionaria, aunque defendió la resolución totalmente justificada de permitir el ingreso de los refugiados, en su mayoría provenientes de Siria.
La canciller prometió que haría todo para evitar un nuevo caos como el del otoño boreal del año pasado, que condujo a una pérdida de control parcial en las fronteras de su país.
Se aprovechan
Esa política de acogida ha dado alas al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), y suscitado críticas en otras formaciones políticas, así como en una parte creciente de la opinión pública alemana.
El partido conservador de Merkel (CDU), “está bajo la amenaza de una pérdida enorme y durable de la confianza de sus electores”, advirtió Markus Söder, uno de los responsables de la Unión Social Cristiana (CSU), el partido aliado en Baviera, que exige un endurecimiento radical de la política migratoria.
La CDU pierde posiciones, sobre todo con relación al partido antiinmigración AfD, que logró 14.2 por ciento de los votos en Berlín.
Elección tras elección, AfD está quebrando uno de los tabúes de la posguerra: la instalación a largo plazo de un partido de extrema derecha.
Desde el inicio de este año, Merkel comenzó a tomar medidas para restringir el acceso de refugiados y migrantes.
Hace unos días tomó distancia de su eslogan “Podemos hacerlo” que marcó su política migratoria, frase que se le reprocha, cada vez más, ante las dificultades que hay para la integración de los refugiados.
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