Tejiendo Vida, un programa de emprendimiento que beneficia a 81 mujeres de seis comunidades afectadas por la sequía en Guatemala, recibe el apoyo del proyecto “Mesoamérica sin hambre” de Méxicol.
Las mujeres viven en comunidades del departamento de Chiquimula, ubicado en el Corredor Seco, una de las zonas diezmadas por la sequía, y elaboran artesanías con cultivos nativos (maguey, carrizo y tule) a través de técnicas de extracción de la materia prima vegetal.
“Los diseños han sido transmitidos de generación en generación y es un patrimonio intangible de la cultura Chortí, del Oriente de Guatemala”, indicó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un comunicado.
Hasta 2015, esa ha sido su manera de ganarse la vida y de agenciarse de ingresos en una zona en la que no hay oportunidades de empleo, los medios de producción son limitados y los cultivos, que son base para su dieta alimenticia, han sido afectados duramente por la sequía y el cambio climático.
“Yo aprendí a sacar la fibra del maguey con mi mamá. Yo la acompañaba a buscar maguey. Antes aquí abundaba el maguey, el tule y el carrizo. Hoy ya no se encuentra fácil”, dice Alicia Roque, quien reside en la comunidad Tunuco Abajo, en Jocotán, uno de los municipios beneficiados junto con Olapa.
Con la intervención del proyecto y el apoyo técnico, las artesanas han innovado y modificado algunos de los diseños ancestrales, lo que les ha permitido llegar a nuevos mercados.
Debido al clima y a la extracción, cultivos como el maguey o el tule están desapareciendo, y con ello las oportunidades e ingresos de las familias artesanas que dependen de ellos como medio de vida.
Por medio del proyecto “Mesoamérica sin Hambre” se implementan dos viveros de maguey, con el fin de reforestar con más de 7.000 plantas y así recuperar áreas degradadas para proveer de materia prima a las artesanas en un futuro.
Este plan, ejecutado en Belice, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, México, Panamá y República Dominicana a través de los ministerios de Agricultura y la FAO, se desarrolla con el apoyo de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID). ACAN-EFE
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