Literalmente significa “aquellos que enfrentan la muerte” (Pesh frontal + muerte marg).
La imagen de Asia Ramazan Antar, la llamada “Angelina Jolie kurda” de 22 años, encontró la muerte combatiendo contra Dáesh, (término que se volvió popular a raíz de los atentados en París, acuñado por el Presidente Hollande, que significa los que siembran discordia). Ella, como muchas otras mujeres kurdas, pertenecen a la Unidad de Protección Femenina creada en 2014 de una submilicia de Protección Popular.
Las milicias kurdas cuentan con al menos 50 mil combatientes, entre los cuales se cree que un 20 por ciento son mujeres, y han jugado un papel clave en la lucha contra el Estado Islámico, que a partir de ahora denominaremos Dáesh, ya que el nombre anterior se ha dejado de utilizar porque no es de procedencia legitima.
Se dice que los yihadistas temen a las peshmergas porque creen que si los mata una mujer no irán al paraíso. Las mujeres se unen para combatir antes de caer en la esclavitud de los Daesh, su lema es “libertad o morir”.
El pueblo kurdo está derramando sangre a costa de convertirse en un actor relevante en la región, y fortalecer su identidad internacionalmente. Kurdistán es, junto a Palestina, la gran nación de Oriente Medio sin Estado. Y es por eso, que se resaltan héroes caídos frente a Dáesh, para convertirlos en mártires.
La complejidad de las interacciones con los Estados a lo largo de los cuales se extiende (Turquía, Irak, Siria e Irán) es enorme, y altamente voluble. Los kurdos han sido un aliado clave de Estados Unidos en los intentos de frenar e, incluso, hacer retroceder al Dáesh en Siria e Irak. También se considera que han sido la fuerza de choque contra Dáesh.
El principal grupo armado kurdo en el norte de Siria es el YPG (Fuerzas de Protección del Pueblo), que ha actuado en los últimos meses con el apoyo material y logístico de su aliado, el Partido de trabajadores kurdos, a ambos lados de la frontera sirio-turca. Fueron los kurdos de ambas formaciones los que expulsaron a Dáesh de la ciudad de Kobani, tras meses de feroces combates en Siria.
El reclutamiento de mujeres kurdas en las milicias se considera como una causa noble y de honor, ya que las familias optan a que sus hijas solteras vayan a los campos de entrenamiento como una forma de protegerse contra una posible invasión de Dáesh y que las deshonren como esclavas sexuales.
Otras, son madres que se van al campo de batalla para defender a su familia e hijos. Las hijas ven como ejemplos a sus madres que van a pelear 2 o 3 días al frente, y cuando regresan a casa, las hijas ruegan a sus madres irse con ellas.
La guerra está cambiando el patrón cultural del trato hacia la mujer en esas regiones, lastimosamente habrá mucha sangre de por medio para lograr un trato igualitario y en equidad para las mujeres, sobre todo, cuando estas no lo hacen por reconocimiento de mujeres versus hombres, lo hacen para no caer presas de los Dáesh, pelean por su libertad, pelean para proteger a sus familias y otras mujeres, pelean para la identidad kurda.
Deja un comentario