El ciclista colombiano Nairo Quintana se proclamó ayer ganador de la Vuelta a España, su segunda grande después de haber hecho lo mismo en el Giro de 2014, pero su enfoque se centra de inmediato en el Tour del próximo año, su gran sueño amarillo.
Esprín masivo
Quintana cruzó la meta final en Madrid vestido con el maillot rojo de líder de la ronda española, después de la última etapa, de 104.8 kilómetros, disputada entre Las Rozas y Madrid, que ganó en un esprín masivo el danés Magnus Cort Nielsen.
“Esto es espectacular, especial; es un sueño hecho realidad”, afirmó un Quintana feliz de haber cruzado la meta en medio de los vítores de sus compatriotas reunidos en el centro de Madrid.
El Tour en la cabeza
Cientos de colombianos acudieron al paseo del Prado y de Colón con banderas de su país para aclamar a su héroe, que sucede en el palmarés de la Vuelta al mítico Luis Lucho Herrera.
“Mi segunda grande; no tengo palabras”, insistió el de Boyacá, que ya había ganado el Giro de Italia en 2014, pero al que todavía le queda la espinita del Tour de Francia, la grande de las grandes.
“Es un sueño (el Tour) que sigue en la cabeza, y que espero que algún día se me cumpla”, añadió Quintana, quien hasta ahora solo ha conseguido ser segundo, en 2013 y 2015, y tercero, en 2016.
Reacción
“Nairo fue muy grande en esta Vuelta, al igual que el equipo Movistar, y no me queda más que decir chapeau, porque han rodado muy bien y merecen la victoria. Claro que vine para ganar, pero después del Tour, los Juegos Olímpicos y la Vuelta, estoy feliz de terminarla”, aseguró el británico Chris Froome.
Quintana finalizó en lo más alto del podio con un tiempo total de 83 horas, 31 minutos y 28 segundos, con 1:23 de ventaja sobre el segundo, Froome, y 4:08 sobre el tercero, su compatriota Esteban Chaves.
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