El suizo Mathias Frank (IAM) tocó el cielo con las manos al conquistar en solitario la cima inédita de Mas de la Costa, Castellón, un infierno de 4 kilómetros donde los favoritos entraron juntos, con el colombiano Nairo Quintana (Movistar) dando un paso más para vestirse de rojo el domingo en Madrid.
Regreso
Después de su retirada en el Tour de Francia, Frank, de 29 años, cortó la racha desgraciada de 2016 con su primera gran victoria. Fue el más fuerte de la escapada del día y aprovechó un ataque a 3 kilómetros de la meta para abrazar la gloria como vencedor de la decimoséptima etapa, que llevó al pelotón desde Castellón a la cumbre de Mas de la Costa.
El suizo fue valiente con su ataque. Se retorció en la bicicleta en cuestas imposibles de hasta el 22 por ciento de desnivel, pero su rebelión le permitió vivir el momento de gloria con el que soñaba. Fue el primero en recibir el saludo pintado en el suelo: “Bienvenido al infierno”, convertido para él en un paraíso. A 6 segundos se presentó el checo Konig (Sky) y a 11 el holandés Gesink (Lotto Jumbo).
Los favoritos se guardaron respeto. Juntos rodaron hasta el pie de puerto final, y así cruzaron la meta, casi de la mano, a 3:29 del ganador.
Lo intentó Alberto Contador, puso en apuros a Froome y probó al colombiano Chaves, pero en un muro bestial abrir diferencias es complicado.
Quintana jugó a la defensiva, se soldó a rueda del madrileño y se dedicó a arrancar sin mayores complicaciones una hoja más de un calendario que solo ofrece dos citas más, la crono de mañana en Calpe y la montaña de Aitana el sábado. De ahí, a la Cibeles.
Sin novedades en la general, Quintana guardó la diferencia de 3:37 minutos sobre Froome; Chaves está a 3:57 y Contador, cada vez con mejores sensaciones, es cuarto a 4:02.
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