Al iniciar el mes de septiembre solemos ver vehículos que portan banderines, casas que exhiben una bandera, personas que se visten con la camisola que resalta los colores que identifican a nuestro país, ente otras expresiones de vinculación con las celebraciones patrias y parece ser que un sentimiento patriótico invade a los guatemaltecos con la llegada de septiembre.
Este es un mes en el cual se organizan actividades diversas y se dice que son para celebrar la Independencia o el cumpleaños de la patria. Los líderes locales, los grupos organizados y los centros educativos de los distintos niveles son entidades que regularmente organizan actos cívicos, alboradas, desfiles, encienden la antorcha de lugares seleccionados como referentes, izan la bandera, entre otras formas de celebrar.
En este mes el fervor patrio crece, los colores patrios cobran sentido, el Himno Nacional se canta con fuerza, con los honores correspondientes y con mayor sentimiento que en otras fechas.
Para esta festividad, las bombas son comunes a las 6 de la mañana y 6 de la tarde, los 21 cañonazos son parte de la tradición, esta fecha se convierte en una fiesta nacional. Cuando uno viaja en la víspera del 15 de septiembre el tráfico se vuelve difícil, más de lo que ya es, grupos en todas las carreteras conducen la llama de la libertad; las famosas antorchas son comunes, se estima que este año habrá 45 mil en todo el país. Es un momento de fiesta. Sin embargo, esas actividades, aunque importantes, no lo son todo para demostrar el verdadero civismo, patriotismo y la verdadera ciudadanía.
El amor por la patria, el amor por nuestro pueblo, el amor por nuestro país, es un sentimiento necesario que los guatemaltecos tenemos que aumentar y expresar con acciones puntuales de orgullo, respeto, trabajo, justicia, honor, transparencia, entre otros valores.
En nuestro país es muy común que festejemos los momentos trascendentes con mucha algarabía y sentimiento, por ejemplo, un éxito deportivo nos lleva a expresiones de enorme elogio para quien o quienes lo alcanzaron; sin embargo, si se da un fracaso por parte de las mismas personas a quien antes festejamos y elogiamos, las expresiones son negativas, despectivas y dañinas a la autoestima. Los guatemaltecos debemos revisar nuestra conducta cívica.
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