Aunque es un gusto adquirido, el café está ya arraigado en la cultura japonesa.
Recientemente tuve la oportunidad de visitar Tokio, la aglomeración urbana más grande del mundo, donde habitan más de 37 millones de personas.
En lo que a café se refiere, Japón es el tercer importador en el mundo y el segundo mercado en importancia para Guatemala. Aquí, el nombre de nuestro país es asociado a cafés de calidad.
La vida en Tokio es costosa en términos económicos, por lo que los espacios de vivienda son bastante reducidos. Por este y otros rasgos sociales y laborales, la vida se lleva a cabo en mayor medida fuera de casa.
Comento esto porque entre los hábitos de consumo me llamó la atención la cantidad de máquinas expendedoras de bebidas que hay por toda la ciudad. Cada marca tiene su máquina con variedad de productos, de los cuales entre 30 y 40 por ciento son a base de café.
En lata o en botella, negro o con leche, con o sin azúcar, mezclas especiales o producto 100 por ciento de un solo origen, la gama para elegir bebidas listas para saborear (Ready to drink –RTD–, como se le llama en inglés) es suficientemente diversa como para complicarle la elección al consumidor.
Cada producto tiene su competidor directo y el precio es algo que se da por estandarizado, así que la decisión del consumidor queda a merced de las habilidades de mercadeo de cada compañía. La publicidad, características y apariencia del producto son factores clave en la distribución de las cuotas de mercado.
Según expertos, en la división de bebidas a base de café se lanzan unos 300 productos nuevos cada año.
El consumo total de café tiene un incremento cercano al 2 por ciento anual, cifra que se traduce en un mercado que ha llegado a su madurez, en el que la participación de una compañía solo puede incrementarse tomando parte de la cuota de otra.
Las bebidas en lata o botella reinaron durante años, pero la más reciente novedad es la venta de café recién preparado en tiendas de conveniencia, este tiene un precio cerca de US $0.30 menos que el procesado.
Aunque la diferencia en precio no parezca tan significativa, lo es, considerando que la mayoría consume entre 2 y 3 al día.
El café fresco está provocando que las cifras de RTD sean menores, por lo que la competencia se vuelve cada vez más aguda entre los fabricantes, quienes buscan ser más competitivos y eficientes en sus costos, en la medida que el tiempo avanza.
Aunque en Japón el café fue un gusto adquirido, se ha vuelto parte importante de los hábitos de consumo.
En EE. UU., primer consumidor del café guatemalteco, la tendencia de RTD no es tan alta en este mercado, por lo que la creatividad nipona es algo que hay que observar ya que puede marcar el paso de importantes tendencias en el futuro.
Para saber más, recomiendo googlear sobre café Rainbow Mountain, de Suntory, único producto preparado y promocionado como café 100% guatemalteco.
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