Soñar y accionar: hoy para empezar, celebro la vida, recuerdo el pasado, remiendo mis sueños, e hilo el futuro de Guatemala próspera y feliz.
Hoy quiero bajar las estrellas al telar precioso y multicolor de mi vida, de mi tierra, de mi Guate, que tanto se parece a mí. Con ratos bonitos, entusiasmo y llanto, esperanza y pena, ilusión y amor. Pero vivas, ambas, Guatemala y yo.
Con muchos pendientes de un final feliz, de un final dichoso, de un final sin fin. Con tanta diversidad que raya en locura, así es mi vida y es mi Guatemala, milagro divino, milagro genial.
Hoy celebro en grande, el mayor olvido que Dios regaló: dejó el paraíso cubierto en volcanes y entre las montañas, escondido aquí y hay que rescatarlo. Me reta el presente a seguir por Guate y por mí. A seguir con Cristo que da vida nueva, que despierta el sueño y sí cumple promesas.
¿Cómo? Tirar a la basura todo lo que justifique que no se puede hacer lo que se debe hacer. Tener conciencia de la consecuencia de postergar. El reto es rechazar el desgaste y transformar la experiencia sentida en emociones en acción y energía. Aprender a generar actitud positiva que definitivamente influye en el rendimiento y en la productividad.
Realicemos reflexión diaria sobre lo siguiente: los seres humanos posponemos lo que queremos hacer más, y no necesariamente que lo que nos ordenan. Postergamos casi siempre por el perfeccionismo y la falta de incentivos que nos damos a nosotros mismos. En otras ocasiones la falta de información adecuada al comunicar, falta de asertividad, echar culpa o falta de deseo inconsciente es lo que nos frena.
Los pasos para combatir y vencer la procrastinación son: valorar, finalizar y cerrar círculos, cambiar el “tengo que” por “quiero”. Eliminar el “no se puede”. Dividir tareas. Cultivar autoestima y valorar las capacidades.
Hablar, animarse. No postergar, no perderse en redes sociales. Tomar conciencia de lo que perjudica y la paz que se pierde al postergar, así como darse cuenta de que al final, al hacerlo, no costaba, ni era para tanto.
Mandatos: ¡ahora! Pulir pero al final. Hacer ya tareas pequeñas. Revisar los pendientes. Enfocarse. Rechazar el considerar que es mucho, y dividir. Buscar el lado bueno, lo positivo. Comprometerse con la visión de Guatemala, apropiársela. Entender y mantener en mente que la procrastinación viene de miedo. Estimular, premiar y reconocer, y celebrar pequeñas y grandes victorias. Tener fe. Fortalecer la capacidad de influencia y liderazgo de nuestros equipos familiares y laborales, sociales y comunitarios.
Esforzarse por generar impacto en la gestión de sus equipos. Generar resultados de gestión de calidad, actitudes proactivas y productivas, y capacidades de los líderes formales e informales. Tener fe de nuevo. Sí se logra transformar el sueño en realidad.
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