Diferencias por posesión de tierra, oposición a proyectos mineros y disputas por límites entre comunidades, son algunos de los conflictos que se registran en diferentes regiones del país.
Uno de los más añejos es el que ocurre entre comunidades de Ixchiguán y Tajumulco, en San Marcos, donde la semana pasada se volvieron a dar enfrentamientos entre los moradores, que pelean territorio de uno y otro lado.
Un estudio en poder de la Comisión Presidencial para el Diálogo revela que existen no menos de mil 800 pugnas, la mayoría relacionada con temas agrarios.
Ante esa situación y para privilegiar el diálogo, el Gobierno impulsa la creación de una estrategia de alto nivel, con la participación de las instituciones estatales y distintos sectores de la población. Para ello, es necesario generar una hoja de ruta y un cronograma de trabajo que permita concretar la medida.
Esta iniciativa, dada a conocer ayer, cuenta con el apoyo de la comunidad internacional, específicamente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
El tema demanda respuestas interinstitucionales desde el territorio donde surgen los incidentes, por lo cual se busca crear un modelo incluyente con acciones precisas y coordinadas para abordarlo, como lo mencionó el presidente Jimmy Morales.
Es oportuno, entonces, hacer un llamado a los gobiernos locales a que hagan suya la causa, pues con la unión de fuerzas se puede poner fin a esas diferencias, ya que algunas de ellas han terminado en tragedia.
También es una oportunidad para que las instancias competentes persigan, capturen y presenten ante los juzgados a quienes estén detrás de estas batallas ilegítimas generando beneficios personales. Con ello, la respuesta a ese tipo de problemas complejos, en los que se combinan situaciones de pobreza y pobreza extrema, sería integral.
El Gobierno está comprometido en privilegiar el bienestar común y propiciar el respeto de los derechos humanos, lo cual demanda establecer un mecanismo de abordaje serio, oportuno y viable de la problemática, que debe basarse en el diálogo, la concertación y el consenso.
Esperamos que otros sectores se sumen a este nuevo esfuerzo y contribuyan en la construcción de una sociedad pacífica e inclusiva.
Deja un comentario