Después de casi cuatro años de diálogos en Cuba, los rebeldes de las Fuerzas Armadas Rebeldes de Colombia (FARC) y el Gobierno de ese país cerraron con éxito la negociación del acuerdo que desea poner fin a medio siglo de conflicto armado.
Las delegaciones, de manera conjunta, informaron que llevaron a un buen término las negociaciones iniciadas en noviembre de 2012 en La Habana. “Esta es una gran y muy importante noticia para el país”, dijo el presidente Juan Manuel Santos desde Bogotá.
Los representantes resaltaron que ya llegaron a un consenso final sobre los seis puntos de la agenda, sin embargo, aclararon que todavía es incierto cuándo y dónde será la firma de la paz entre el mandatario y Rodrigo Londoño, conocido por los alias de Timoleón Jiménez y Timochenko, jefe máximo de los insurgentes.
Jornada
Ayer se trabajó en la redacción de un anuncio en torno al cierre de las negociaciones. Estaban por revisarse asuntos técnicos, afirmó un miembro del equipo negociador de las FARC y otro de la representación gubernamental.
Pese al anuncio del fin de las negociaciones y de una posible fecha para la suscripción del acuerdo, Colombia todavía deberá esperar a que lo pactado en La Habana sea aprobado en un plebiscito, el cual está próximo a convocarse.
Podrá decirse que el último conflicto armado en América está en vías de extinguirse si el acuerdo supera la prueba en las urnas, para lo cual requiere de 4.4 millones de votos afirmativos y que el “no” tenga una votación menor.
El convenio con la mayor guerrilla del país sudamericano, en armas desde 1964, permitirá superar en gran parte un enfrentamiento político y armado que deja 260 mil muertos, 7 millones de desplazados y 45 mil desaparecidos.
Realidad
Aún están activos el Ejército de Liberación Nacional, organización casi igual de antigua que las FARC, y grupos del crimen organizado dedicados al narcotráfico.
Después de La Habana
En la semana pasada, los equipos negociadores de las Fuerzas Armadas Rebeldes de Colombia y del Gobierno de ese país han trabajado de forma ininterrumpida para finiquitar todos los puntos pendientes del proceso de negociación para alcanzar la paz.
Los asuntos que estaban en discusión eran el alcance de la amnistía para los alzados (que excluye a los responsables de delitos atroces como secuestro, desplazamiento y violencia sexual) y la participación política de los rebeldes.
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