El Gobierno tratará de armonizar entre sus instituciones los resultados que emanen del III Congreso Nacional contra el Racismo y Discriminación, al cual asisten 300 representantes y dirigentes mayas, xincas y garífunas, quienes discutirán propuestas que serán enviadas al Ejecutivo para que sean tomadas en cuenta en los planes y proyectos gubernamentales que beneficien a las comunidades indígenas.
El vicepresidente Jafeth Cabrera dijo durante la inauguración del evento que las conclusiones serán socializadas, pues “serán vitales para el desarrollo del país”. Asimismo, exhortó a evitar las confrontaciones, incluso aquellas que ocurren dentro de los propios pueblos originarios.
A 2 décadas
Cabrera también recordó que el 29 de diciembre se cumplen los 20 años de la suscripción del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, cuyo cumplimiento es determinante para generar soluciones para superar la problemática de este sector de la población.
“El Congreso es histórico en las relaciones sociales, y por eso consideramos que sus productos deberán ser enlazados entre todas las entidades del Estado, en donde deben ser asumidos por cada una de ellas”, sostuvo Rudy Camposeco, comisionado presidencial en la materia.
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