La multitud que lo aclamó hace 4 años ahora lo espera para crucificarlo, porque es más fácil hacer leña del árbol caído.
Tan solo hace cuatro años la gloria, la imagen, la lisonja era para Érick Bernabé Barrondo al conquistar la primera medalla olímpica para Guatemala, y hasta el centro deportivo que antes se llamaba La Democracia cambió para llevar su nombre, como lo fue en su momento Mateo Flores. Pero, el tiempo pasa y todo se olvida, como le pasó a Oswaldo Méndez Herbruger, quien acarició una medalla olímpica en equitación, pero quedó cuarto en los Juegos Olímpicos de Rusia, ¿se recuerdan de Carlos Mota en boxeo?, de todo le ofrecieron pero poco le cumplieron.
Hoy el marchista tuvo una actuación opaca en Río y empezaron a manifestarse todo tipo de dudas, conjeturas, sin esperar una información oficial, más que eso, real. Se habla de una lesión con la que marchó a Sudamérica, 4 años después, ya no es el héroe sino el villano, sin tomar en cuenta muchas causas que pudieron incidir en ese rendimiento que no le permitiera repetir la hazaña. La Biblia dice que todo mortal es como la hierba, y toda gloria es como la flor del campo, una se seca y la otra se cae. Además hay que tomar en cuenta la ingratitud de la humanidad, Jesucristo hace la entrada triunfal a Jerusalén y 8 días después esa multitud que lo recibió pide que lo crucifiquen.
Aquella multitud que lo aclamó hace 4 años ahora lo espera para crucificarlo, es más fácil hacer leña del árbol caído. Pero podemos extraer de lo sucedido algo más que la ingratitud, la crítica insana, el análisis y elaborar la visión del guatemalteco enfrentando al futuro con mentalidad positiva. Un grupo joven fue a un mundial de futbol, pero ¿dónde están esos jóvenes? ¿Por qué quedaron en el anonimato? No hubo planes para darles seguimiento y aprovechar esa euforia para estimular a los más jóvenes. No hay planes, programas para hacer del deporte escolar una cantera de futuros campeones y satisfacciones internacionales.
El ministro de Cultura quiere sacarlo de su entorno, y la asignación constitucional no se aprovecha para hacer atletas. El deporte federado necesita más que luchas intestinas, enfocarse al futuro. Ahí también habrá que pedir cuentas, para que el descuido de atención técnica de los deportistas se vuelva acción y prepararlos para eventos futuros y no fracasar y no dar lugar a preparar el horno para satisfacer ansiedades frustradas.
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