La Corte Penal Internacional (CPI) celebrará desde hoy un proceso en el que un presunto responsable se declarará culpable de crímenes de guerra por la destrucción de mausoleos clasificados como Patrimonio Mundial de la Humanidad, en Tombuctú, localidad del centro de Malí.
Los analistas esperan que este juicio envíe un mensaje contra estragos a bienes culturales del mundo. La CPI, con sede en La Haya, acusa al tuareg Ahmad al Faqi al Mahdi de haber dirigido ataques de manera intencionada contra 9 panteones de Tombuctú y contra la puerta de la mezquita de Sidi Yahya, entre el 30 de junio y el 11 de julio de 2012.
El acusado de yihadista sería la primera persona en reconocer su culpabilidad en la historia y el primer sindicado en responder por delitos contra el legado histórico. Como jefe de la brigada islámica de la moral, el inculpado habría ordenado y participado en las averías a las tumbas, dañadas a golpe de pico, azada y punzón.
Tombuctú, fundada en el siglo V, conocida como la ciudad de los 333 santos, venera en sus criptas a personajes que, según los expertos del islam, están considerados como los protectores del pueblo y a quienes los creyentes acuden para pedir bodas, implorar lluvia o luchar contra enfermedades.
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