La bondad de los tiempos y la tenacidad de las piernas con el paso de los años son más duras con el verapacense José Amado García, quien ayer firmó su cuarta participación consecutiva en Juegos Olímpicos.
En el Sambódromo, en Río de Janeiro, donde entre febrero y marzo el mundo centra su atención por el carnaval, Amado ingresó en el lugar 118 del maratón con un tiempo de 2 horas, 30 minutos y 11 segundos, luego de un recorrido acompañado por la lluvia.
Con camiseta azul, pantaloneta negra, tenis verdes fluorescentes y con el coraje que lo caracteriza para comerse el asfalto, García emprendió la marcha junto a otros 154 atletas con el afán de pulverizar sus propias marcas y ser parte del cierre de las justas.
Aunque no logró batir su mejor registro de Londres 2012, cuando ingresó en el lugar 38, con cronometro de 2 horas, 18 minutos y 23 segundos, completó el extenuante trayecto de 42.195 kilómetros, desempeño, que a su criterio, le dejó un sabor agridulce. “Nunca encontré el ritmo en el asfalto, desde el kilómetro 25, solo pensé en llegar. No fue mi día, no hice nada de lo que había planeado. El atletismo me ha educado, tengo aún por aprender, esto no termina aquí”, lamentó García.
A sus 38 años, el corazón de Amado se resiste a decirle adiós a la disciplina que le ha dado tantas satisfacciones, entre ellas la plata en los Juegos Panamericanos en la Ciudad Maravillosa, precisamente en tierras cariocas, hace 9 años.
¿Le queda una asignatura pendiente? Solo García sabe, pero mientras se sacude el cansancio del maratón olímpico, siga con el apoyo de los entes correspondientes y los patrocinadores, a decir de él, su mente analiza si le apunta a Tokio 2020.
Trujillo se estrena
Juan Carlos Trujillo, estadounidense, de padres guatemaltecos se convirtió en el noveno exponente del maratón nacional en las justas desde Helsinki 1952.
Trujillo, ingresó en la meta en la posición 67, con tiempo de 2 horas, 20 minutos y 24 segundos, a 11:40 del keniata Eliud Kipchoge, ganador de la medalla de oro.
“Me siento orgulloso porque representé al país de mis raíces, de mis padres. Llegar a la meta con salud y con todos los corredores del mundo, es motivo de felicidad”, dijo el atleta de 31 años.
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