Las personas con discapacidad se organizan por sus derechos.
La lucha por una mejor calidad de vida es una necesidad inherente a todo ser humano, que para disfrutar de ello, debe librar muchas veces grandes batallas, situación de la que por supuesto no escapan los grupos de personas con discapacidad, que en los últimos años han impulsado esfuerzos por hacer valer sus convicciones de vida, propugnando por cambios, por la erradicación de las malas prácticas y costumbres, modificación de leyes y por el respeto a su dignidad, actitud que no siempre es bien vista por quienes, equivocadamente, se creen los dueños de su existencia.
Se ha referido en este y otros espacios de opinión sobre luchas de distintos grupos de personas con discapacidad de las Américas, lo que definitivamente también sucede en nuestro país, tal es el caso de las personas ciegas de la República de Uruguay, donde por muchos años ha funcionado el centro de rehabilitación para personas ciegas y con baja visión Tiburcio Cachón, lugar que las autoridades de aquel país pretenden trasladar al Instituto de Ciegos Artigas, un espacio físico con difícil accesibilidad y no apto para todos los usuarios.
De antemano existía inconformidad por la poca atención que recibe la población con discapacidad, pero las medidas implementadas por las autoridades ministeriales derivaron en toda una lucha sin precedentes, porque las personas ciegas, después de manifestaciones públicas, toma de edificios y huelgas de hambre, lograron por fin que la Cámara de Diputados interpele a Marina Arismendi, ministra de Desarrollo Social de aquel país, a quien señalan de atentar contra los derechos de las personas con discapacidad visual.
Es admirable la lucha de los compañeros uruguayos, por lo que, a decir de Ángel Aguirre, persona con deficiencia visual y uno de los fundadores del centro, “es importante que América Latina conozca esta realidad, para que opine al respecto y tome ejemplo de la dinámica de esta lucha, en la que los grandes ganadores siempre serán las personas con discapacidad”, pero es una acción que también contará con opositores y, entre estos, líderes de nuestro movimiento.
La interpelación a un ministro de Estado en defensa de los derechos de las personas con discapacidad, es sin duda un hecho histórico para la República de Uruguay y países de la región, lo que dirigentes y promotores de derechos humanos debemos apoyar con convicción y presencia, pronunciándonos según sean nuestras posibilidades.
A lo largo de los años y ante diferentes circunstancias, las personas con discapacidad hemos defendido nuestros derechos en forma colectiva, individual y aliándonos con otros grupos, pero sobre todas las cosas, hemos comprendido que a través del trabajo unido, coordinado y normado podremos alcanzar mejores resultados, enfrentar asimismo, a quienes pretenden asumir nuestra representatividad, acto que conlleva la violación a los derechos que nos asisten.
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